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Un escudo para todos los credos

La Alianza de Civilizaciones insta a los gobiernos a promover políticas en defensa de los derechos de las minorías religiosas

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Atentados como los que han tenido lugar en Bagdad contra los cristianos siro-católicos, en Alejandría contra los coptos o en Pakistán, contra el gobernador cristiano de Punyab, han sido el detonante de una situación creciente de deterioro de la libertad religiosa en numerosos países. La situación de estas minorías religiosas, así como la importancia de la religión en los países árabes que están experimentado procesos de reforma, ha sido abordadas en Florencia en un Seminario Internacional sobre Libertad Religiosa, organizado por el Instituto de Estudios Europeos de esta ciudad toscana en colaboración con la Alianza de Civilizaciones, la iniciativa impulsada en 2004 por Rodríguez Zapatero y apadrinada después por la ONU.

Cerca de 70 personas, en representación de distintos países y gobiernos, y especializadas en asuntos de religión, han reivindicado el impulso de políticas que eviten la discriminación de estas minorías y que faciliten el culto de sus creencias. «Si la Alianza de Civilizaciones reflexionó en Río de Janeiro sobre la islamofobia, ahora era necesario que se detuviera en la intolerancia y violencia ejercida contra los cristianos en países de mayoría islámica», justifica Carlos García de Andoin, vicedirector del gabinete del ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, y acreditado especialista en ese campo. Las conclusiones de este encuentro, clausurado ayer por la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, y su colega italiano, Franco Frattini, servirán para preparar el IV Foro anual de la Alianza, que se celebrará en Catar en diciembre.

En la clausura, Trinidad Jiménez sostuvo que «impedir la expresión del sentimiento religioso es un ataque muy grave contra la dignidad humana, porque representa una violación de un derecho fundamental. Defender el derecho humano de expresar y practicar sus convicciones religiosas es una necesidad ética y política», afirmó la ministra. Según la ministra, los ataques que causaron la muerte de cristianos en Irak el pasado noviembre y en Egipto en enero motivaron «tanto dolor y rabia» por el hecho de que sin esa identidad religiosa «es imposible entender la historia de los países en los que vivimos». «El respeto de las minorías es una parte esencial de cualquier sistema democrático. Por eso, pensando en los actuales acontecimientos de la primavera árabe, hay que hablar claro: no puede haber reformas democráticas en los países árabes sin un marco legal y un sistema educativo que permita el respeto efectivo hacia las minorías religiosas», defendió Jiménez.

En el seminario han intercambiado experiencias representantes de países como Pakistán, Argelia, Etiopía, Indonesia o Turquía, así como portavoces de organizaciones como la Liga Árabe o la Unión Africana.

Por primera vez hubo observadores de la Iglesia católica. En el seminario estuvo representado el Pontificio Consejo de Justicia y Paz. Es significativo el acercamiento del Vaticano a una Alianza que se ha consolidado en las relaciones internacionales, en la que España tiene una posición de preferencia por ser, con Turquía, la fundadora.