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China prepara la primera ejecución de un preso europeo

Familiares y Gobierno británico esgrimen el trastorno bipolar del condenado para evitar hoy su muerte por tráfico de drogas

SHANGHAI. Actualizado: Guardar
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Si una decisión en el último minuto no lo evita, Akmal Shaij se convertirá hoy en el primer europeo ejecutado en la República Popular China. Y no parece que vayan a surtir efecto ni las peticiones de clemencia por parte del Ejecutivo británico, ni la desesperada campaña lanzada por su familia, que llegó el domingo a la región noroccidental de Xinjiang.

Allí se apresó a Shaij, de 53 años, padre de tres hijos y conductor de taxi en Londres, en septiembre de 2007. A su llegada a la capital, Urumqi, se encontraron cuatro kilos de heroína en el doble fondo de su maleta. Ochenta veces más que el límite de 50 gramos establecido por el artículo 347 del Código Penal chino para condenar a muerte a quien porte la droga. Y esa es la pena que se le impuso en primera instancia el 29 de octubre de 2008.

Desde entonces, todas las apelaciones se han basado en el trastorno bipolar que dice sufrir Shaij, algo que los jueces chinos no consideran probado, y en la teoría de que una mafia lo engañó para que transportara la droga bajo promesas de convertirse en una estrella del pop en China. Reprieve, una asociación de consejería legal, incluso ha publicado un vídeo en el que el británico aparece cantando y muestra un comportamiento extraño. La ONG también asegura que Shaij viajó a Polonia sin dinero con el propósito de lanzar una línea aérea, y que acabó mendigando. Pero este año el Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia que, según la normativa de la provincia, debería ser consumada mediante un disparo en la cabeza.

En cualquier caso, ayer todavía no se había fijado «por motivos humanitarios» la hora de la ejecución. Ese hecho ha dado esperanza a los familiares, que esperan conseguir una audiencia con los jueces del tribunal provincial, en un último intento por detener la sentencia que, en el mejor de los casos, podría ser conmutada por una de cadena perpetua.

Mensaje a los extranjeros

No obstante, la prensa china hace hincapié en que, según la ley del país, Shaij debe ser ejecutado. En un artículo publicado en octubre, el diario oficial 'China Daily' señalaba que «no existe razonamiento legal para que el británico no sea ejecutado, salvo que consiga probar su enfermedad mental». Algo que el mismo rotativo rechazaba en una información del pasado día 23, en la que recordó que «según el artículo 18 del Código Penal, un enfermo mental puede ser eximido de responsabilidad sólo cuando el acto delictivo se produce en un momento en el que no controla su conducta». Y todos los tribunales han considerado que no es el caso del británico. Según el Gobierno chino, Shaij ha tenido un juicio justo y se han respetado todos sus derechos, algo que ha reconocido la Embajada británica en Pekín.

Si se consuma, la ejecución puede tener dos consecuencias inmediatas. En primer lugar, lanzaría un claro mensaje que ya ha recalcado la prensa china: «Ningún extranjero está por encima de la ley». Pero también puede enturbiar las relaciones con Reino Unido, de donde han partido una decena de peticiones oficiales para que se respete la vida de Shaij. Incluso el consejero especial de ejecuciones extrajudiciales de Naciones Unidas, Philip Alston, urgió a China a que detuviera la aplicación de la sentencia.