Opinion

Toledo a revisión

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

E l consenso existente respecto a las pensiones en España es un valor en sí mismo que tanto la clase política como el resto de los sectores concernidos deben preservar. Pero el mantenimiento del acuerdo que dio lugar al Pacto de Toledo hace casi 15 años no puede soslayar la necesidad que el futuro de las pensiones tiene de una revisión en profundidad que pudiera desembocar en la reforma de algunas de sus actuales bases. Es evidente que, como ocurre con las normas que rigen el mercado de trabajo, los efectos de la crisis son tan profundos que podrían distorsionar el debate sobre la cuestión cuando menos durante los dos próximos años. Pero ni la reflexión sobre el futuro de las pensiones puede posponerse al previo afianzamiento de la recuperación económica, ni la crisis puede actuar como argumento para silenciar unas u otras propuestas de reforma. Bastaría con que el tema no fuese utilizado como arma arrojadiza en la confrontación partidaria. Ni la disponibilidad actual de la caja de la Seguridad Social podrá mantenerse sin reformas, ni éstas pueden posponerse si se quiere que el sistema de pensiones descanse sobre criterios justos frente a una relaciones económicas en permanente cambio. Los poderes públicos no pueden estimular la jubilación anticipada, cuando el horizonte al que la sociedad española está abocada es el de la prolongación del período de actividad y cotización más allá de los 65. Junto a ello, la apuesta por el reparto solidario de las cuotas frente a su capitalización debería poder relativizarse mediante el cómputo de un período más extenso de vida laboral a la hora de calcular cada pensión. Capítulo aparte supone la reflexión sobre las pensiones de viudedad de cara al futuro, una vez que la incorporación de la mujer al trabajo se haya convertido en una realidad. Además conviene recordar que el presente y el futuro de los pensionistas dependen no sólo de la cuantía que perciban a cuenta de su cotización de años. Guarda relación también con su capacidad de ahorro, que en muchas ocasiones se reduce a la propiedad sobre un inmueble.