ROLES. Imagen de una mujer de regreso de la compra con su hijo en brazos. / ÓSCAR CHAMORRO
día de la mujer

Más paro, peor salario y sin contrato fijo

Las mujeres gaditanas se llevan la peor parte en el mercado laboral, mientras siguen al frente del trabajo doméstico y la organización familiar

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La mujer continúa siendo el eslabón más débil en el mercado laboral de la provincia. Sufre directamente las consecuencias de la crisis económica, que está haciendo mella en el sector servicios, y soporta mayores índices de temporalidad y precariedad. También ocupa por lo general puestos de escasa cualificación y le cuesta ascender dentro de la estructura empresarial, que a menudo reserva para el hombre los cargos de mayor responsabilidad y remuneración. Trabaja en muchos casos sin contrato y sin cobrar las horas extraordinarias. Además, soporta el peso principal de la organización doméstica y hace verdaderos equilibrios para conciliar la vida profesional con la familiar.

Así lo denuncian los sindicatos y así lo corroboran las estadísticas del paro. 82.170 mujeres se registraron en febrero en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) en la provincia, 15.000 más que en el mismo mes de 2008. Mientras que los parados inscritos el segundo mes de este año fueron 72.354 (45.777 en el mismo mes del año anterior). Sin embargo, en términos porcentuales los más perjudicados fueron los hombres debido fundamentalmente al parón en seco experimentado por el sector de la construcción. El número de hombres inscritos en las oficinas del SAE subió entre febrero de 2008 y febrero de 2009 un 58,05% mientras que la cifra de mujeres desempleadas ascendió un 21,33%.

Los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) reflejan también la segregación por sexos que se aprecia en el mercado laboral gaditano. La tasa de paro en el cuarto trimestre de 2008 (la última estadística publicada por el INE) era del 20,78% para los hombres y el 23,73% para las mujeres, mientras que la tasa de actividad era del 68,34% en los hombres y del 43,54% en las mujeres.

Algunas de las múltiples razones que pueden ayudar a entender este desequilibrio quedan recogidas en el informe sobre el Mercado de trabajo en la provincia de Cádiz desde la perspectiva de género, un trabajo elaborado por la Fundación Universidad Empresa y publicado por la Diputación Provincial. Este estudio demuestra que el paro femenino afecta sobre todo a mujeres mayores de 55 años en las zonas rurales y a las menores de 23 en los municipios urbanos.

Una de las revelaciones más interesantes que hace el informe es que la formación de la población activa, que determina la calidad de la oferta de trabajo, es superior en la mujer que en el hombre, y mayor en la zona urbana que en la rural. Además, en la mujer se produce una relación inversa entre el nivel formativo y la tasa de paro, algo que no ocurre en los hombres. Por tanto, el desempleo femenino no depende tanto de la falta de cualificación como del tipo de formación, y de su adecuación o no a la oferta de trabajo.

Otra de las características del desempleo femenino es que se prolonga más que el masculino. A la mujer que se queda en paro le cuesta años volverse a incorporar al mercado. Según el informe, esta situación empeora en el caso de la mujer rural, donde casi el 43% de las paradas lleva más de tres años sin empleo.

También aparecen diferencias con respecto a la edad en que se empieza a buscar empleo, según este estudio. Un elevado porcentaje de los hombres (56%) comenzó a perseguir su primer trabajo a los 18 años, mientras que las mujeres, por lo general, se incorporan al mundo laboral más tarde. Esto puede explicar en parte el hecho de que las mujeres tengan una menor antigüedad en sus puestos, lo que da idea de una menor estabilidad, así como una menor experiencia y remuneración.

En este sentido, el análisis es claro: existen diferencias salariales según el sexo, con una situación más desfavorable para la mujer, que soporta una mayor tasa de parcialidad, mayor presencia en puestos de escasa cualificación, mayor número de contratos temporales y en empresas con menos trabajadores. La mujer trabaja con mayor frecuencia que el hombre sin contrato y suele percibir menos compensaciones económicas por las horas extra. Aunque también se subraya que la presencia de la mujer en puestos de la empresa o la administración públicas es mayor.

El sector servicios es el más feminizado en Cádiz, especialmente los llamados servicios sociales, personales y de distribución, que requieren escaso nivel tecnológico y cualificación. Según destaca el informe elaborado por el sindicato CC OO con motivo del 8 de marzo, las actividades económicas con mayor presencia de mujeres en Andalucía son las sanitarias, veterinarias, los servicios sociales, la educación y la hostelería.

En cuanto a las categorías profesionales también existe una patente desigualdad, con mayor número de mujeres en los puestos administrativos y no cualificados, y menor representación en los escalafones más valorados de la estructura empresarial, si bien el estudio editado por Diputación reconoce que esta descompensación se ha reducido en los últimos años.

El secretario general de UGT en la provincia, Pedro Custodio González, reconoce que «en general, el trabajo femenino en la provincia es más complicado, más eventual y más precario». «La mujer -explica Custodio- ocupa fundamentalmente puestos de trabajo no cualificado y le resulta más difícil mantener el empleo. Lo venimos diciendo desde hace tiempo, que las mujeres y los jóvenes son los que más sufren el desempleo en la provincia, eso es así desde hace cuatro o cinco años».

«La diferencia salarial con respecto al hombre está ahí, cada vez menos, pero sigue existiendo», apunta. «Pero esa diferencia se nota más en los altos cargos de las empresas, donde hay muy pocas mujeres».

Sin embargo, y pese a que el panorama que se dibuja no es nada alentador, los sindicatos siguen hablando de la necesidad de poner en marcha políticas de conciliación de la vida laboral y la familiar, que permitan de una vez por todas romper los desajustes en función del género existentes en el mercado de trabajo e impulsar la incorporación de la mujer en igualdad de condiciones.

En opinión del secretario general de UGT, «la conciliación no es algo utópico, lo que ocurre es que no se han puesto en marcha las herramientas para hacerla posible, ya que no se han introducido las cláusulas pertinentes en los convenios colectivos que se negocian en la provincia».