SATISFECHO. Un sonriente Rajoy aplaude al nuevo presidente de Galicia, el popular Alberto Núñez Feijóo, ayer, en Santiago. / EFE
ESPAÑA

El Partido Popular ve el principio del cambio en España

El PP quiere que el triunfo en Galicia se convierta en el primer paso para la reconquista de La Moncloa

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Galicia fue la cuna del ascenso electoral del PP antes de llegar a La Moncloa a partir del triunfo de Manuel Fraga en 1989, y el partido de Mariano Rajoy quiere que la Xunta sea también su Covadonga política para emprender la reconquista del poder en España. En la primera jornada tras al cierre de las urnas, el líder de los populares saboreó una inesperada luna de miel con su partido que eclipsó, al menos por unas horas, las crisis que les afectan. Los críticos envainaron sus cuchillos hasta las elecciones europeas de junio, se apuntaron al éxito del candidato Alberto Núñez Feijóo y decidieron que el triunfo es una oportunidad para que Rajoy cambie. Al presidente del partido opositor le aguardan nuevas pruebas que superar donde tendrá que demostrar que puede sembrar ilusión en sus filas y también en su electorado.

Una de las primeras marianistas, Soraya Sáenz de Santamaría, agitó la bandera de los resultados en la tierra de su jefe de filas para poner en valor la política de su partido y proclamar que las elecciones del domingo suponen «el principio del cambio que España necesita y que ya ha empezado por Galicia». La dirección cree que la recuperación del poder en una de las comunidades históricas y la posibilidad de influir en otra es el primer paso hacia la alternancia en La Moncloa. Creen así que Rajoy podrá afrontar con comodidad las elecciones de junio y eclipsará al candidato Jaime Mayor Oreja.

El primer efecto del satisfactorio resultado electoral en Galicia ha sido el aplazamiento de las hostilidades internas porque, aunque los críticos se mantienen escépticos con el liderazgo de Rajoy, deben esperar a una nueva convocatoria electoral para poner de manifiesto su disconformidad.

Uno de los valores en alza con este resultado, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, fue el más rápido en sacar conclusiones y apuntó que las votaciones de los gallegos y su respaldo a la candidatura de Núñez Feijóo dejan «sin argumentos» a las «voces críticas» que, a su juicio, alimentan los socialistas desde fuera del PP.

El perdedor, José Blanco

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, cambió sus discrepancias de otros tiempos por los halagos al líder. «Sin ninguna duda, estos resultados fortalecen a todo el PP y al primero de todos a Mariano Rajoy», fueron sus primeras declaraciones. Para Aguirre, las elecciones del domingo marcan «el agotamiento evidente de las posiciones nacionalistas y el fortalecimiento indiscutible de las constitucionalistas». Y apuntó que «está muy claro» que el perdedor de estos comicios ha sido el vicesecretario general del PSOE, José Blanco.

El ex presidente de la Xunta, Manuel Fraga, fue el más contundente y afirmó que «sólo un perfecto imbécil puede ahora decir que Rajoy no es el líder ideal en este momento». Pero en el seno del primer partido de la oposición los sectores críticos mantienen sus recelos tanto sobre la capacidad de liderazgo de Rajoy como del acierto de su discurso político. Creen que el presidente del partido dispone ahora de una nueva oportunidad para demostrar que es capaz de ganar elecciones.

El sector más conservador recuerda que el retroceso de Antonio Basagoiti en el País Vasco es fruto de ese giro estratégico. Por su parte, los que quieren avanzar hacia opciones más «progresistas» siguen recelando de las habilidades de su jefe de filas. «Hay que darle un voto de confianza y ojalá lo aproveche, pero lo veo muy difícil porque se van a abrir muchos debates antes de las elecciones europeas», apuntó un partidario de un discurso más atrevido.