El presidente chino, Hu Jintao (d), da la bienvenida al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso en Pekín, para la séptima cumbre Asia-Europa (ASEM). /Efe
crisis financiera internacional

Zapatero contacta con la Casa Blanca y con los equipos de Obama y McCain para acudir a la cumbre económica

El Gobierno realiza gestiones "en todas las direcciones, con todo del mundo y a todos los niveles" para participar en la reunión financiera del G20 en Washington

MADRID Actualizado: Guardar
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La decisión del presidente de EEUU, George W. Bush, de descartar la presencia española en la cumbre económica del 15 de noviembre en Washington, ha acabado prácticamente con las posibilidades de que el Gobierno español participe en una reunión de gran trascendencia en la que se van a definir las nuevas reglas del sistema financiero internacional. El Ejecutivo español, que cuenta con el apoyo de Francia y Reino Unido, no se ha resignado y realiza gestiones "en todas las direcciones, con todo del mundo y a todos los niveles" para participar en la cumbre, lo que incluye contactos con la Casa Blanca y los equipos de los candidatos Barak Obama y John McCain, según fuentes del Ejecutivo.

Las mismas fuentes han señalado que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no ha hablado con el presidente estadounidense, George W. Bush, pero han garantizado que se están utilizando todos los contactos en la Embajada de EEUU en Madrid, en la representación diplomática de España en Washington y en el Congreso norteamericano. Se han incluido además en esas gestiones a los equipos de los candidatos a la Presidencia de EEUU, aunque, han añadido las fuentes, se espera "saber mucho antes del 4 de noviembre -fecha de las elecciones norteamericanas- que España va a estar ahí".

Zapatero, que viaja esta tarde a Pekín para participar en la cumbre UE-Asia, aprovechará para mantener contactos que permitan su presencia en la reunión, al igual que hará en la cumbre iberoamericana de San Salvador los días 29, 30 y 31 de octubre. En concreto, en Pekín se reunirá bilateralmente con los líderes de China, Indonesia, India y Singapur, los tres primeros miembros del G-20 -el formato elegido por Bush para la cumbre del 15 de noviembre y al que no pertenece España-. También están en ese grupo México y Brasil (que preside en estos momentos el G-20), y con esos dos países el Rey y Zapatero han concertado una reunión en San Salvador.

Sarkozy podría mediar hoy ante Bush

El embajador de Francia en España, Bruno Delaye, ha señalado que el presidente de EEUU, George W. Bush, y el presidente francés y de la UE, Nicolas Sarkozy, podrían discutir hoy en Pekín acerca de la participación de España. "Estas cosas se tratan directamente entre los presidentes" ha señalado; "Bush y Sarkozy van a estar en Pekín hoy y va a ser interesante también discutir este tema con su homólogo chino", Hu Jintao, ha explicado.

España mantiene la tesis de que su aspiración a participar en la cumbre es "legítima" por ser la octava potencia económica mundial y por la solidez de su sistema financiero, que ha resistido mejor que el de otros países los avatares de la crisis.

El Gobierno cree que el hecho de que España no esté en la cumbre no es una decisión personal de Bush por la relación que mantiene con Zapatero desde que España retiró las tropas de Irak, sino que se debe a la composición estricta del G-20. De ahí, insiste en que hay razones objetivas para que se considere que la petición de España no es "caprichosa" y para exigir flexibilidad al G-20, un directorio que opina que ha podido quedar obsoleto.

Zapatero no quiere un portavoz

En Moncloa se recuerda que varios líderes europeos han entendido y apoyan la posición de España, como el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, el presidente francés y de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, Gordon Brown. "Esperamos que el resto de miembros del G-20 también apoyen la presencia española", han añadido las fuentes, para las que no es suficiente el ofrecimiento de la Casa Blanca de escuchar las tesis españolas que pueda exponer en la reunión algún representante europeo.

Ante esa posibilidad, el Gobierno es tajante: "queremos hablar en primera persona y no estamos en el supuesto de tener un portavoz". Para el Ejecutivo, es difícil explicar que España no participe en una reunión de tal trascendencia en la que se van a definir las nuevas reglas del sistema financiero internacional. "Cuando uno tiene la razón, usa todos los canales", han insistido las fuentes, que han asegurado que no ha habido ninguna petición expresa del Gobierno al PP para que haga gestiones en la misma dirección porque se considera que lo razonable es que un partido con vocación de gobierno apoye la pretensión de España.