Los narcos pierden dos toneladas de hachís en plena ofensiva en el litoral de Sanlúcar

Hace escasos, días el comisario provincial José María Deira destacaba la posición estratégica que tiene Sanlúcar y la desembocadura del Guardalquivir en los planes de los traficantes que utilizan la provincia como puerta de entrada de la droga. Y un nuevo alijo incautado en la madrugada de ayer venía a ratificar el momento caliente que se está viviendo en este enclave de la costa noroeste, donde en menos de una semana se han requisado ya más de ocho toneladas de hachís.

La última actuación policial con éxito fue desarrollada de manera conjunta por el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) y la Guardia Civil. Sobre las dos y media de la madrugada fue detectada por el Instituto Armado una neumática de 11 metros de eslora que navegaba siguiendo las típicas maniobras de los narcos: viajar sin luces. Los agentes se percataron de que la nave estaba siendo seguida por una patrullera y el helicóptero del SVA. Cuando la lancha tomó tierra en la zona del Castillo San Salvador, los efectivos policiales decidieron abortar el alijo.

En el interior de la embarcación había 88 fardos de hachís, que pesaron 2.200 kilos. En un primer momento, el único tripulante de la lancha logró escapar, pero pasada las tres de la madrugada funcionarios de Aduanas lo encontraron escondido en una zona próxima al lugar donde se iba a producir la descarga, con las ropas mojadas y desprendiendo olor a gasolina.

Los agentes comprobaron que se trataba de Manuel O. G., conocido como El Negro, de 49 años, vecino de Sanlúcar y al que ya le constan antecedentes por narcotráfico. Llevaba consigo dos teléfonos móviles. Uno recibió una llamada realizada desde Marruecos cuando el detenido estaba ya en el cuartel de la Guardia Civil.

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