ANÁLISIS

Perdí en los pirineos

La última etapa del Tour terminó y felizmente con el triunfo de otro corredor español, Carlos Sastre. Me alegro mucho por un corredor que se merecía ganar una vuelta grande. Atrás quedan veintiún días de intenso pedaleo durante tres mil quinientos fatigables kilómetros más o menos en los cuales hubo emoción, esfuerzo, sacrificio, tensión, alegría, dolor, tristeza, cansancio y satisfacción. Con el final de ayer cumplo mi cuarta presencia en esta carrera. El año de mi debut no se podrá olvidar nunca el triunfo que conseguir en Courchevel al entrar por delante de Lance Armstrong. Lástima que me vi obligado a abandonar por una lesión de rodilla. En el segundo año me fracturé la clavícula por una caída y no puede llegar tampoco a París. En la tercera sí acabé. Conocí a fondo los Alpes y los Pirineos y lo que son las tres semanas del Tour, que siempre son más duras que las de la Vuelta, y vi que podía ir mejorando poco a poco. Quedé sexto y terminé contento.

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Este año he sido noveno, pero ha sido bonito llevar el maillot amarillo durante dos etapas y ganar la primera etapa. Para nada ha sido un paso atrás y seguiré trabajando para ir a más en esta carrera. Mis compañeros de equipo realizaron entonces un gran trabajo para intentar mantener el jersey amarillo, que perdí en la víspera de la primera crono. Sufrí entonces la caída y tuve molestias importantes en una pierna y un brazo, lo que afectó a mi rendimiento en los Pirineos, con noches de dormir poco. El día del Tourmalet las piernas no me respondieron, no sé por qué, y me cayeron bastantes minutos. A medida que avanzaba la carrera me fui encontrando mejor, pero ya había perdido demasiado tiempo. El Tour, y menos este tan apretado, no perdona un día malo. En esta carrera perder una jornada algunos minutos significa perderlo todo en la general.

El día del Alpe D'Huez me encontré con bastantes fuerzas, pero no salí a por Sastre y luego me arrepentí. Debería de haberme ido con él hasta arriba. De todas formas, la afición española no se puede quejar del rendimiento de los ciclistas nacionales. En mi equipo nos vamos con los deberes hechos. A parte de mi triunfo en la primera etapa y de esos dos días de maillot hemos logrado una etapa más.

Me alegro del triunfo de etapa de mi compañero Luis León Sánchez y tengo que lamentar la caída de mi mano derecha en la montaña, Óscar Pereiro, que fue una baja importante y que eché mucho de menos los últimos días.