Park Wang-Ja. / REUTERS
MUNDO

La tensión vuelve al Paralelo 38

Una turista surcoreana es abatida a tiros por un soldado del Norte

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La tensión entre las dos Coreas, que permanecen separadas y sin firmar un tratado de paz desde el final de la guerra (1950-53), volvió a saltar ayer por lo que parece ser un desafortunado accidente, pero que demuestra perfectamente cómo se las gastan los militares que sustentan el autoritario régimen pilotado por Kim Jong-Il.

Por primera vez en la historia, un soldado norcoreano mató a tiros a una turista surcoreana en el complejo de vacaciones del monte Kumgang (Monte del Diamante). Ubicado cerca de la frontera con Corea del Sur, el recinto es explotado por la multinacional Hyundai en este hermético y aislado país, el último sistema estalinista del mundo.

Según la versión oficial norcoreana, la mujer de 53 años, identificada como Park Wang-Ja, salió de su hotel a las 4.30 horas de la madrugada de ayer para pasear por la playa del complejo, pero se metió en una zona militar restringida. Tras ser descubierta en dicha área prohibida, y siempre según las autoridades de Corea del Norte, la turista trató de huir corriendo cuando los militares intentaron detenerla, por lo que uno de ellos abrió fuego sobre ella tras hacer un disparo de advertencia.

Dos impactos

Como consecuencia, la mujer murió de dos impactos en la espalda. Una bala llegó hasta el pecho y la otra se alojó en la cadera izquierda, tal y como certificó un médico del hospital surcoreano de Sokcho, al que fue trasladado su cadáver seis horas después del incidente.

La trágica muerte de esta turista ha causado una gran conmoción en Corea del Sur justo el día en que su nuevo presidente, el conservador Lee Myung-Bak, abogaba por retomar el diálogo con Pyongyang en la sesión de apertura del Parlamento nacional. «Estamos preparados para cooperar en los esfuerzos necesarios con el fin de aliviar la falta de comida en el Norte y el dolor de su pueblo», propuso Lee, quien intenta suavizar las estancadas relaciones con el régimen de Kim Jong-Il.

Pero a la espera de que la investigación aclare la muerte de Park Wang-Ja, la desconfianza ha vuelto a apoderarse del Paralelo 38, la frontera fuertemente militarizada que separa a las dos Coreas y que en los últimos años ha sido abierta en contadas ocasiones para ser testigo de reencuentro pactado de algunos familiares. Para empezar, han quedado suspendidos los viajes al monte Kumgang, un complejo turístico que supone uno de los pocos proyectos de colaboración entre Seúl y Pyongyang.