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Arranca la campaña electoral más disputada de la democracia

Los candidatos de PSOE y PP nunca llegaron empatados a la recta final Unos 25.000 kilómetros y 43 actos públicos esperan a Zapatero y Rajoy

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José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy protagonizan desde la pasada medianoche la campaña electoral más disputada de la democracia reciente. Los candidatos de los dos partidos mayoritarios llegan, a tenor de lo que dicen las encuestas, más igualados que nunca, un empate que se deshará hacia el PSOE o hacia el PP en función de la participación. Para quebrar la igualdad, los dos aspirantes desplegarán en los próximos 15 días una actividad frenética, recorrerán más de 25.000 kilómetros e intervendrán en 43 actos electorales.

Así como Rajoy pasó hace cuatro años por el mal trago de ser el primer candidato de un partido que pasó de la mayoría absoluta a perder unas elecciones, Rodríguez Zapatero puede ser el 9 de marzo el primer presidente del Gobierno que no logra la reelección. Con todos los estudios en la mano, es muy arriesgado pronosticar un ganador de los comicios. La ligera ventaja de los socialistas sobre los populares no es garantía de nada, según admiten todos los expertos. Se da además las circunstancia, también recogida en los sondeos, de que el aspirante opositor viene de atrás en franca progresión mientras que el gubernamental se ha estancado.

El último 'barómetro' del Centro de Investigaciones Sociológicas otorga al PSOE un exiguo margen de punto y medio sobre el PP en intención de voto. Un empate, según todos los manuales sociológicos, inusual a estas alturas. En 2004, la ventaja de Rajoy sobre Rodríguez Zapatero en el mismo estudio del CIS era de siete puntos; en 2000, José María Aznar distanciaba a Joaquín Almunia en cinco; y en 1996, Aznar superaba en 6,9 puntos a Felipe González.

Con la igualdad reinante en esta ocasión la clave estará en la participación. Y en eso coinciden los comités de campaña de uno y otro. Un muy destacado dirigente del PP calcula que con una afluencia a las urnas por debajo del 73% la victoria se decantará de su lado, y admite que por encima de ese listón las mayores posibilidades son para los socialistas. Un análisis compartido por el estado mayor del PSOE, aunque la dirección del partido gubernamental precisa que incluso con el 70 ó 72% de votantes el triunfo puede ser suyo. Hace cuatro años, la participación fue del 75,6%.

Llamamientos

No es de extrañar, por tanto, que Rodríguez Zapatero y los distintos dirigentes socialistas se desgañiten con llamamientos a la movilización. Y es que el electorado socialista es menos fiel que el popular, el 67,4% de los votantes del PSOE en 2004 dice que repetirá el 9 de marzo por el 75,8% de los del PP, y está menos movilizado, el 82% de electorado socialista tiene decidido ir a votar por el 85,2% del popular. Tampoco sorprende, por ende, que en los discursos de Rajoy y demás candidatos del PP brillen por su ausencia las apelaciones a la participación.

Los populares están convencidos de que ya tienen movilizados a todos sus electores, y ahora pugnan por atraerse a los socialistas más moderados, los 'currantes' en palabras del candidato opositor, sin estimular las pasiones del sector de la izquierda defraudado por Zapatero y que no piensa votar. A pesar de estas situaciones de partida diferentes, los dos candidatos van a hacer una campaña muy similar. Rodríguez Zapatero participará en estas dos semanas en 22 mítines y actos políticos, recorrerá 13.547 kilómetros y visitará 11 comunidades autónomas. Rajoy protagonizará 21 mítines y actos, recorrerá 12.500 kilómetros y se desplazará a 12 comunidades.

Esta campaña tiene, además, una novedad con respecto a las anteriores: habrá debates. El primero se celebrará el próximo lunes y el segundo, el 3 de marzo. Después de 15 años sin ellos, PSOE y PP llegaron a un acuerdo con la convicción íntima de que favorece las expectativas de su respectivo candidato. Los expertos, sin embargo, restan impacto electoral a estos 'cara a cara' y sostienen que pueden decidir el 1 ó 2% del voto, salvo que alguno de los aspirantes sufra una debacle en alguno de los duelos televisivos. La virulencia de la larga precampaña, casi dos meses, hace prever que el listón no va a bajar en las dos próximas semanas. Rodríguez Zapatero insistirá en que su rival es un derechista puro y duro que carece de capacidad para gobernar, mientras Rajoy abundará en que su adversario es un radical al que gusta la tensión. Y dado lo pródiga que ha sido la precampaña en promesas no es de esperar grandes anuncios en este tramo final, pero tampoco se puede descartar que los dos candidatos se guarden algún as en la manga.

PSOE y PP han diseñado al milímetro estos 15 días con la confianza de que no habrá 'patinazos' como los registrados en la precampaña. En el PSOE todavía se regodean con la descarnada pelea entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, y las palabras de Miguel Arias-Cañete sobre las bondades del camarero español y el uso de la sanidad pública por los inmigrantes. En el PP también se recuerda la metedura de para de Rodríguez Zapatero cuando dijo que había que tensar y dramatizar la campaña. Quedan 15 días.