Amy Johnson, en una imagen de 1931, diez años antes de fallecer en accidente de aviación
Amy Johnson, en una imagen de 1931, diez años antes de fallecer en accidente de aviación - ABC

Amy Johnson, la pionera de la aviación británica cuya muerte sigue sin esclarecer

La piloto murió en extrañas circunstancias, tras un accidente sobre el río Támesis en 1941

MADRID Actualizado: Guardar
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Con 26 años, se convirtió en la primera mujer que voló desde Gran Bretaña a Australia: se trata de Amy Johnson, la legendaria pionera de la aviación. Esta fue solo la primera de las hazañas que consiguió, entre las que se encuentran otras como ser la primera mujer británica en obtener el título de técnico en mantenimiento de aeronaves, la primera en batir el récord de velocidad entre Inglaterra y Japón o la primera que pilotó aviones de la Air Transport Auxiliary.

ABC acompañó a Johnson desde sus primeras aventuras y hasta su trágica muerte en 1941, en un accidente que acabó con su avión en el río Támesis el 5 de enero. Tan solo unos meses después de obtener su licencia de piloto, a finales de 1929, este diario ya le hacía un hueco en sus páginas con una breve reseña titulada: « Vuelo de una mujer a Australia».

«La aviadora inglesa Amy Johnson ha reanudado esta mañana el vuelo, dirigiéndose a Bangkok, desde donde seguirá con dirección a Australia», podía leerse en la edición del 17 de mayo de 1930, sobre el primero de los logros mencionados.

Antes de esta noticia, Johnson se había licenciado por la Universidad de Sheffield en arte y economía. Después trabajó en Londres como secretaria, ciudad en la que desarrollo su afición por la aviación. Fue poco después de obtener su título cuando logró su primera marca, volando 17.600 kilómetros a bordo de un De Havilland Gipsy Moth —conservado actualmente en el Museo de la Ciencia de Londres— hasta Australia. Por esta hazaña recibió el Trofeo Harmon, así como la Orden del Imperio Británico en su grado de Comandante.

«Los periódicos londinenses anuncian con gran júbilo la llegada a Australia de la joven e intrépida aviadora. Desde el jueves no se tenían noticias Johnson, que había salido sola en vuelo directo hacia Australia. La ansiedad por conocer su suerte era muy grande. La popularidad de esta joven de 26 años es hoy enorme en Inglaterra. Aunque no ha batido el récord del piloto Hinkler, establece uno nuevo, pues su recorrido de seis días entre Londresy Port-Darwin ha cubierto una distancia de 44.140 millas en menos tiempo», contaba este periódico sobre el final de su viaje, el 25 de mayo de 1930.

«Muchacha Lindbergh»

Medio año después, el 6 de enero de 1931, encontramos una imagen suya en ABC (la que ilustra esta noticia), en la que puede leerse: «Miss Amy Johnson vuelve al espacio con ese brío y esa serenidad que caracterizan a la "muchacha Lindbergh". Este es el momento en el que parte para su gran vuelo de Londres a Tokio, vía Berlín».

Johnson fue realizando otros viajes importantes entre 1931 y 1933. Y en cada ciudad en la que aterrizaba, miles de personas iban a recibirla, entusiasmadas porque una mujer se lanzara a semejantes aventuras. Los tiempos, aunque lentamente, iban cambiando. Y, mientras, Johnson se hizo tan popular que hasta su boda con el piloto escocés Jim Mollison, en 1932, era noticia digna de ser contada en los tabloides. La misma Elsa Schiaparelli, un mito en el mundo de la moda que llegó a trabajar con Dalí, accedió a diseñarle el vestuario para otro de sus vuelos: el que realizó en solitario, en 1936, hasta Ciudad del Cabo.

«La celebre aviadora británica ha desaparecido y se cree que se haya ahogado. Amy se arrojó en paracaídas desde su avión, el domingo, sobre el estuario del Támesis. Una canoa automóvil de las fuerzas aéreas británicas que salió en su búsqueda, no logró encontrarla», fue la última noticia que se pudo leer de Johnson en ABC. Su muerte aún está rodeadas de misterio, pues algunos testigos aseguraron haberla visto flotando en el agua pidiendo ayuda, aunque los intentos por socorrerla fracasaron. En 2016, el historiador Alec Gill aseguró que el hijo de un miembro de la tripulación declaró que Johnson había muerto al ser absorbida por las hélices de un buque, aunque otros testigos no vieron lo mismo. Nunca se llegaron a esclarecer las causas de su fallecimiento.

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