Fernando Sicre

Las trincheras del frentismo

Parece que todo estaba escrito en el guión de gobierno, o mejor de desgobierno que marcó la era del poder de ZP

Fernando Sicre
CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Una joven politóloga guatemalteca dijo hace poco que «la vacuna contra el populismo es la educación, pero no el adoctrinamiento, sino enseñar a la gente a cuestionar, a criticar…». El sentido crítico protege a las personas de ser manipuladas. De igual forma la sociedad bien formada y correctamente informada, se blinda ella sola contra esta plaga que asola Europa por la izquierda y la derecha. La ‘P’ de Podemos es la ‘P’ del populismo español. De igual forma que la ‘F’ es la del Frente Nacional en Francia por la derecho y la ‘S’ es la de Syriza en Grecia por la izquierda.

Quizás, quien alertó hace ya tiempo de este problema fue Dahrendorf, que lo equiparó con la demagogia, que tiene un amplio abanico de métodos, por la izquierda y por la derecha.

El sustrato común del que parten, es la supuesta defensa de los intereses de la generalidad a través del estatismo, el intervencionismo y la Seguridad Social, con el fin de lograr la justicia social y el Estado de bienestar. Lo que es perverso desde sus propias entrañas y me remito a los ejemplos de fracasos actuales: Venezuela, Argentina y el comunismo derrumbado definitivamente en 1989. Pues bien, eso es lo que predican todos estos partidos, sobre la base de la absoluta alienación del hombre.

El poder del Estado para hacerse omnipresente y relegar al individuo. Esta discusión tuvo su origen en el siglo IV a.C, cuando Sócrates que detestaba la propiedad privada como un mal intrínseco a la condición humana, ideo las comunidades de mujeres y niños, con el fin de fomentar la igualdad y el espíritu concorde en las ciudades. Platón en su obra ‘la Ley’, ya rechazó esta opción de su maestro. Y es Aristóteles el encargado de oponerse radicalmente a ello. Manifiesta al respecto que con dichas comunidades, existirán mayores ocasiones de agravio y rencor que en ningún otro. Además, al suprimirse las fuentes del interés personal, se refería a la propiedad privada, el hombre pierde incluso el sentido de la generosidad y la hospitalidad.Sus virtudes como ciudadanos. No solo reivindicaba la libertad política, también la autonomía personal, que no es posible sin un férreo respeto a la propiedad. Amén de una Constitución y leyes que protegieran al individuo del poder del Estado. Fíjense que desde entonces los sabios nos alertan del problema que a nosotros se nos presenta ahora.

Parece que todo estaba escrito en el guión de gobierno, o mejor de desgobierno que marcó la era del poder de ZP. Sus directrices supusieron el principio del fin de la Transición. Su espíritu comenzó a esfumarse. El rencor de las dos España volvió a instalarse para quedarse. No sé si Sánchez también tuvo algún pariente como ZP agraviado en la Guerra. Supongo que sí, porque todos los hemos tenido. Pero, la inconsciencia del Secretario General, solo es equiparable con su consciencia para tomar el poder y decir que un día fue Presidente del gobierno. El eslogan del PSC de las últimas elecciones decía: «Echemos a Rajoy», utilizado por Chacón, manifestando en apoyo del dicho, que «no habrá solución para Cataluña, si no echamos al PP». Precisamente el PSC reclamó hasta hace poco el «derecho a decidir». Lo digo por si hay algún desmemoriado.

Pero no me trae hoy por aquí el tema catalán, me trae el del enfrentamiento entre compatriotas. Y en gran parte, la corrupción está en la picota. España es un país con los mejores chorizos, producto del mejor cerdo, el ibérico. España tiene algunos políticos, quizás más de la cuenta, que son auténticos ejemplares de cerdos que habitan Iberia, llamados chorizos pata negra, que son los que encarnan el aparato de los partidos. Le recuerdo a Sánchez una cosa por sí no lo sabe, también a las bases socialistas por si no están enterados. El informe del Fiscal General del Estado de 2009 cuantificaba en 617 causas penales abiertas en materia de corrupción política, que se han saldado con 26 prisiones para afectos al PSOE, 20 al PP y 35 a CDC. Otro dato, un cálculo estimado de casos de entrada en prisión, por cada millón de votantes a cada partido en 2015. De los 363 casos penales abiertos en el período: 12 PSOE y 18 PP. Esto me lleva a una reflexión: el poder está directamente relacionado con la corrupción. Pues bien, la tesis de Sánchez cae por sí sola.

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