Los bulos como excusa para censurar

El estado de alarma decretado por el Gobierno el 14 de marzo está sirviendo a los partidos que lo integran para planificar una involución peligrosa en el régimen de libertades y derechos constitucionales. La cara más visible de esta dinámica es la aplicación de medidas restrictivas de la libertad individual que desbordan los límites propios del estado de alarma. Pero es evidente que los ciudadanos están dispuestos a consentir costes superiores a los que permitiría un estricto cumplimiento de la legalidad con tal de salir cuanto antes de la crisis de salud pública. Lo que no debe entrar en ese margen de tolerancia es la estrategia del Gobierno de reducir la libertad de expresión y de información con la excusa de luchar contra las informaciones falsas sobre el Covid-19. El PSOE y Unidas Podemos han puesto en manos de la Fiscalía la coartada de unas investigaciones por bulos detectados en las redes. Como era de esperar, la Fiscalía dirigida por Dolores Delgado ha reaccionado investigando los hechos por si hubiera una organización criminal responsable de esas falsedades. Incluso la Secretaría Técnica de la Fiscalía ha elaborado un informe en el que afirma que los bulos pueden llegar a ser constitutivos de una decena de delitos. El marco propicio para legitimar estas iniciativas lo ha aportado ese bulo de la última encuesta del CIS sobre el apoyo de los ciudadanos al sueño bolivariano de buena parte del Gobierno con la censura previa. Pero en esa lucha contra los bulos no entrarán los eslóganes como «el machismo mata más que el coronavirus» o la afirmación de que «en España habrá algún caso aislado» o de que «antes del 8-M no había motivo para suspender manifestaciones». La izquierda pone mordazas a unos, mientras en el Senado propone reformar el Código Penal para dar rienda a las injurias al Rey y a los ultrajes a España. La democracia está amenazada.