Un elemento muy útil de que no siempre nos podemos fiar
Un elemento muy útil de que no siempre nos podemos fiar - ABC.es
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NAVEGADOR

Esto es lo que te puede pasar si te fías del GPS

Esta tecnología es muy práctica para llevarte a destinos desconocidas, pero seguir sus instrucciones también tiene sus riesgos

Madrid Actualizado: Guardar
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Los mapas de carreteras se han quedado obsoletos. Quien más y quien menos cuenta ya con un sistema de navegación GPS integrado en el coche, o un programa de navegación en el teléfono móvil, de modo que tan solo tenemos que seguir las indicaciones de la pantalla o las instrucci0nes de voz para llegar al destino deseado.

En la práctica no siempre sucede, y es frecuente que aún siguiendo las instrucciones del navegador nos encontremos con que el destino deseado no es el mismo al que nos dirigimos. Eso en el menor de los casos, porque también se ha producido accidentes tras haber seguido a ciegas las instrucciones y finalizar el trayecto en un río, en unas escaleras, o en el menor de los casos, en una calle sin salida.

Para darnos cuenta de los peligros de seguir al 100% las indicaciones de este tipo de dispositivos debemos saber en primer lugar cómo es su funcionamiento.

Jorge Godoy, investigador del Centro de Automática y Robótica del CSIC, explica que el GPS (sistema de posicionamiento global, más conocido por sus siglas en inglés) es un dispositivo capaz de calibrar la latitud y la longitud, de forma parecida a como hacían los antiguos navegantes con las estrellas. «El GPS se ubica gracias a la señal que envían cuatro satélites en órbita alrededor de la Tierra. De esta forma triangula su posición con respecto a cada uno», explica.

Además de este sistema, de factura estadounidense y que cuenta con 36 satélites, actualmente existen otros dos, el ruso Glonass, con 24 satélites, y el sistema europeo Galileo, puesto en marcha en el año 2005 y que ya dispone de 30 satélites. Sin embargo, los navegadores no son infalibles y las bases de datos en las que se basan los dispositivos para ofrecer los mapas y calcular las rutas necesitan actualizarse.

En cualquier caso, los expertos en seguridad vial insisten en la responsabilidad de los conductores y en que es necesario mantener la atención puesta en la carretera. El director de seguridad vial del Real Automóvil Club de España (RACE), Tomás Santa Cecilia, recuerda que «la responsabilidad última siempre la tiene el conductor. El GPS es una ayuda a la conducción, pero no sustituye la toma de decisiones», por lo que «es un error desviar la responsabilidad hacia un dispositivo».

Además, tal como recuerda la DGT, manipular un dispositivo durante la conducción supone una infracción que puede ser delictiva dependiendo del resultado de las acciones e insisten en que «el 35% de los accidentes suceden por distracciones al volante».

Como sucede con otros sistemas y tecnologías que ayudan en la conducción, el navegador es un apoyo muy útil para los desplazamientos y viajes a zonas poco conocidas. Eso no debe significar una dejación de funciones por parte del conductor, el auténtico responsable de que el vehículo llegue a su destino con sus ocupantes sanos y salvos.

Por lo tanto, es conveniente estar atento a los posibles problemas derivados de su uso, y tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

1- El responsable siempre es el conductor, y no el navegador

Antes de empezar a funcionar, todos los navegadores muestran una pantalla con el siguiente mensaje: «Respete las normas de tráfico. El uso del sistema es su responsabilidad y no debe distraer su atención de la carretera, tráfico o de las condiciones atmosféricas. Consulte el manual de usuario para obtener más información. Confirmar».

Por lo tanto, nos podem os ayudar del navegador, pero no ciegamente.

2- Las instrucciones de los navegadores pueden no ser comprensibles.

Aunque las máquinas, por lo general, no se equivocan, a veces su forma de expresarse no es muy comprensible. Las traducciones realizadas por las «voces» de ciertos navegadores ordenan cosas como «gire en cincocientos metros» o «gire en ángulo oblicuo» o algunas otras expresiones que, llegado el caso, pueden confundir al conductor y hacerle tomar una decisión equivocada.

Si no entiendes la instrucción, no la sigas, haz caso de tu sentido común.

3- La cartografía del navegador puede que no esté actualizada.

Las calles y carreteras cambian con frecuencia y la cartografía del navegador se va quedando obsoleta. Si no se actualiza, el sistema acabará guiándonos por calles de sentido prohibido, indicará que estamos circulando «fuera de carretera» o no sabrá que a pocos metros hay una glorieta.

Mantén actualizada la cartografía de tu navegador, aunque tenga un sobrecoste y requiera tu atención y tu tiempo.

4- Errores a la hora de introducir la dirección.

Existen muchas ciudades y pueblos con el mismo nombre. En Galicia, por ejemplo, hay 4 lugares que se llaman Vigo y están en distintas provincias. Puede que incluso el nombre de la calle a la que uno se dirige exista en varias de esas ciudades con topónimos idénticos. Si el número de kilómetros del recorrido difiere mucho de los previstos, puede deberse a esta causa.

Asegúrate de que el destino seleccionado es el correcto y que la ruta te lleva adónde realmente quieres ir. Introducoir el código postal puede ser una gran ayuda y evitar que nos llevemos una sorpresa desagradable.

5- La carretera puede tener condiciones especiales o variaciones temporales

Una vía puede sufrir modificaciones temporales por múltiples causas: una tromba de agua puede inundar la calzada y estar cortada; unas obras obligan a una desviación hasta su terminación; un evento deportivo provoca el corte de una calle… El navegador no verá esas condiciones especiales e indicará una ruta errónea en ese momento.

El consejo en este caso es anticiparse y mantener la atención en lo que ocurre en el trayecto, sin perder de vista las señales de tráfico que nos puedan alertar de alguna incidencia.

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