Especialistas en boquerones en adobo, gallo empanado, pijotas … Las freidoras de El Pescaíto llevan años sacando a flote a esta familia a base de freír pescado, y de hacerlo bien. Tanto que viene gente de toda España buscando sus tapas . “Aquí nos llegan muchos sevillanos, madrileños y gente de Extremadura”, cuenta Antonio Gago.
En sus inicios, cuando crecía el barrio en que se asienta este negocio, El Pescaíto comenzó a servir menús del día y guisos , y viendo la buena acogida, estos aún se conservan. Los mariscos rematan una carta completa que se ha escrito con los años.
Tras alguna reforma, el local es amplio, y cuenta con una terraza. Y un apunte, aquí revelan el misterio que esconde el “pescaíto” frito bien hecho. El secreto está en la harina.
En pleno centro, abre sus puertas un nuevo local donde la cocina y el buen ambiente pueden convertirse en el nuevo «after» de referencia en la capital gaditana
Este joven hostelero, al frente de la sala y la bodega del mítico Ventorrillo El Chato, representa la nueva generación de una familia que ha hecho historia en la hostelería gaditana
Este clásico del casco antiguo de Cádiz mantiene viva la tradición del tapeo gaditano con platos como los chocos con papas o los garbanzos con langostinos
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