Cifuentes promete autonomía a los concejales para elegir al sucesor de Aguirre

Durante casi dos horas, la presidenta regional y del PP de Madrid Cristina Cifuentes ha estado reunida con los concejales del grupo municipal popular en el Ayuntamiento de Madrid. Descabezados tras la dimisión de Esperanza Aguirre, tienen que elegir un nuevo portavoz, y la presidenta les ha prometido que tendrán autonomía total para hacerlo. Mañana viernes votarán, sobre las 11.30 de la mañana, entre los dos candidatos: Íñigo Henríquez de Luna y José Luis Martínez Almeida.

Los 20 concejales municipales estuvieron presentes en el encuentro con Cifuentes. De hecho, hubo 21, pues también estaba Luis Boto, que entrará a formar parte de la Corporación por el PP sustituyendo a Aguirre. Si toma posesión de su acta de concejal en el pleno extraordinario de mañana viernes -cosa que apuntan en el PP como poco probable-, podría votar a continuación con sus compañeros para elegir a su nuevo portavoz.

En caso de que no tome posesión hasta el pleno ordinario de mayo, serán 20 los ediles que puedan votar y podría producirse, matemáticamente, un empate.

En este momento, según aseguran fuentes del grupo popular, las fuerzas entre los dos candidatos por el puesto están muy igualadas. Durante la reunión, relataron algunos, se ha hablado de la situación del Ayuntamiento, de la marcha de Aguirre y del futuro del trabajo del grupo en la Casa de la Villa.

«Que fluya la democracia», ha pedido a los concejales populares la presidenta Cifuentes. Que se ha referido, por primera vez ante su Comité Ejecutivo Regional, a la dimisión de Esperanza Aguirre, de quien ha destacado que deja el listón muy alto por sus «muchísimos aciertos» pero también «sus errores, por los que ha asumido su responsabilidad».

Cifuentes ha pedido a su comité ejecutivo que ayuden a los ediles del Ayuntamiento, y en su discurso ante un centenar de dirigentes populares no ha eludido -antes al contrario- el espinoso asunto de los casos de corrupción que afloran en su partido. Ha recordado que ante ellos «no podemos ser meros espectadores» sino que hay que atajarlos con rotundidad. Porque «en este PP, y en este tiempo nuevo que hemos iniciado, no tienen cabida los corruptos».

También ha querido cerrar cualquier resquicio a la controversia: «Somos un partido de centro reformista; se acabaron los debates ideológicos».