Fernando Conde - Al pairo

Bilingüismo escolar

«La mayor parte del alumnado sigue sin saber usar con soltura la lengua inglesa y la empanada de ciencias naturales y sociales es más que notable»

Fernando Conde
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Acaba de presentar Herrera las medidas y acciones de gobierno que va a poner en marcha en la primera mitad de este 2016. Planes, programas, impulsos, leyes, mesas y comités conforman la lista de deberes y deseos que el presidente ha impuesto a sus consejeros. Algunos de ellos, de los deberes, son los de todos los años, o casi; otros tienen un aroma de novedad saludable, y también los hay que constatan el agotamiento de algunas fórmulas o, quién sabe, la inopia de algún responsable. Pero de entre toda esa panoplia de intenciones llama la atención una denomimada «evaluación del vigente modelo de bilingüismo».

Hasta hace bien poco, no hacía falta otra cosa que viajar por el extranjero para constatar que los españoles teníamos serios problemas de competencia lingüística.

Sin entrar a valorar otras causas -quizá en el fondo mucho más determinantes- se encontró en el sistema educativo el chivo expiatorio al que cargar con todas las culpas. Y de ahí a perpetrar leyes educativas que supuestamente paliarían o erradicarían el problema, solo ha habido un paso. Desde hace algunos cursos, por ejemplo, los alumnos de los centros denominados bilingües reciben las clases de lo que llamábamos antes «naturales» y «sociales» en inglés, la koiné universal de nuestro tiempo. El buenintencionismo de la medida consistía en matar dos pájaros de un tiro, aprendiendo esas ciencias con el inglés como lengua vehicular. Pero el resultado, en la mayoría de los casos, ha sido muy otro. La mayor parte del alumnado sigue sin saber usar con soltura la lengua inglesa y la empanada de ciencias naturales y sociales es más que notable.

Hace bien Herrera en evaluar este modelo de bilingüismo, porque la lengua que no sufre uso hasta el abuso no se aprende. Y es una pena no saber hablar como Newton o como Darwin, pero mucho peor es que nuestros chavales no sepan ni quiénes son.

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