Juan Antonio Lozano, el segundo de la izquierda (entre dos mujeres), en la celebración familiar de la última Nochevieja
Juan Antonio Lozano, el segundo de la izquierda (entre dos mujeres), en la celebración familiar de la última Nochevieja - ABC

La última lección del joven Rey Baltasar que falleció en Níjar

El hermano del joven fallecido relata que «su mayor ilusión era ser Rey Mago, al final lo ha cumplido»

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Desde muy pequeño, Juan Antonio Lozano Mesa, un joven de 20 años vecino de Níjar, soñaba con repartir ilusión la Noche de Reyes. Durante muchos años había participado como paje en la cabalgata del 5 de enero y el pasado lunes por la tarde pudo cumplir su sueño representando al Rey Baltasar en el núcleo nijareño de Vistabella.

Pero la alegría se tornó en tragedia. Durante el recorrido cayó de la carroza al engancharse en un cable de telefonía el trono donde iba sentado compartiendo su alegría con sus vecinos. El cableado hizo que la estructura cediera y que este chico se precipitara al vacío. Su cabeza se golpeó violentamente contra el asfalto, lo que le produjo un traumatismo craneoencefálico severo.

Fue evacuado en ambulancia hasta el Hospital de Torrecárdenas, en Almería, donde falleció a la mañana siguiente.

Como reconoce su hermano Francisco José, «desde pequeño su ilusión era hacer de Rey Mago y lo ha cumplido ahora. Era la primera vez que lo había conseguido». Juan Antonio era muy participativo. Colaboraba en numerosas actividades de su pueblo. Ayudaba en la organización de las fiestas, se implicaba en todas las propuestas vecinales, formaba parte del Belén viviente y, cómo no, tomó partido en la Cabalgata de Reyes. Importante labor también realizaba para Cáritas, donde gestionaba toda la parte administrativa de la organización benéfica.

El menor de dos hermanos de una familia trabajadora, que vive de una carpintería de cocinas en Níjar, estudiaba Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Almería (UAL). «Sacaba tiempo para todos y siempre estaba dispuesto a ayudar. En el negocio de mis padres echaba una mano a llevar las cuentas», indica su hermano.

La familia no sabía todo lo que hacía

Su profundo lado solidario no ha sido conocido en su familia hasta ahora. «Sabíamos que ayudaba, pero no que lo hacía a tanta gente. Estos días han llegado muchas personas dándonos las gracias por lo que mi hermano había hecho por ellos». Y es que, «no le gustaba presumir de lo que hacía, era más bien reservado para eso, no esperaba que nadie le diera las gracias y casi siempre se perjudicaba por ayudar a los demás», precisa Francisco José.

A pesar de no tener unas ideas políticas fijas, Juan Antonio se incorporó a las Nuevas Generaciones del PP en Níjar con la idea de «encontrar el mejor camino para colaborar con su pueblo». Como asegura su hermano, «le daba igual un partido que otro, simplemente es el signo político que gobierna en el municipio y pensaba que estando ahí tendría más cercanía para participar y hacer propuestas».

Como cualquier chico de veinte años, salía con sus amigos y le divertía bailar, sin embargo no era de irse de fiesta hasta altas horas de la madrugada. «No le gustaba beber. Su ilusión era organizar eventos como la boda de sus amigos y crear una empresa. El fin de semana se lo pasaba con el ordenador buscando ideas por Internet para poner en marcha su propio negocio. Tenía un gran espíritu emprendedor».

La mejor virtud

Una pérdida que será difícil de superar por parte de la familia, que ha agradecido en estos complicados momentos el apoyo recibido por amigos y gente anónima y que, a partir de ahora, tendrá que aprender a vivir sin todo lo que el menor de los hijos les ha aportado durante dos décadas. Un ejemplo es la carta que su hermano ha publicado en su perfil de Facebook. «Querido Juan Antonio, querido hermanico, mi mitad. (…) Naciste para darte a los demás, y así lo has hecho, en cada momento de tu existencia, y así te has despedido. Repartiendo alegría, ilusión, amor, esperanza y gratitud….», es el comienzo de la misiva que finaliza agradeciéndole «la última lección, la de enseñarnos la mejor virtud del ser humano: la entrega al prójimo».

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