Todo lo que deben incluir las etiquetas del supermercado para evitar engaños al consumidor

Los españoles dan un aprobado raspado a la facilidad para entender la información en los envases y le otorgan una puntuación un 5,7, según un informe del Ministerio de Agricultura

lLos españoles se fijan en la fecha de caducidad, ingredientes y condiciones de conservación ADOBESTOCK

T. S. V.

Siete de cada diez españoles lee siempre o casi siempre el etiquetado de los alimentos antes de proceder a su compra para localizar datos como las fechas de caducidad, listas de ingredientes o condiciones de conservación , tal y como se extrae de un informe realizado por el Institut Cerdà para el Ministerio de Agricultura. En este sentido, los consumidores dan un aprobado raspado a la facilidad para entender la información en los envases y le otorgan una puntuación un 5,7 en una escala de 0 (muy difícil) a 10 (muy fácil). Esto se debe a que a pesar de que las etiquetas cada vez son más transparentes para el consumidor, todavía persisten las «trampas» y engaños . Desde la Organización de Consumidores OCU advierten de prácticas como la inclusión de ingredientes destacados en el envase que no coinciden con el mayoritario, letra pequeña difícil de leer y utilización de tipografías diferentes, la utilización del término «natural» cuando no lo es o la falta de información sobre el porcentaje de azúcar que se ha añadido, entre otras.

No obstante, sí se están dando pasos en aras de una mayor claridad en algunas categorías , como ocurre con la norma de calidad del pan, que fue aprobada el pasado mes de abril y que ha endurecido los requisitos para etiquetar un pan como integral, entre otras medidas. Además, desde hace un año, los productos lácteos deben detallar su oigen e identificar tanto el país de ordeño como el de transformación. Por contra, los botes de miel seguirán sin incluir un etiquetado claro que incluya el país de procedencia y el porcentaje después de que Bruselas haya solicitado correciones a la norma por considerar que se debía ajustar a la Directiva comunitaria. Tras este varapalo, el Gobierno -entonces en funciones- afirmó que seguiría con la actualización de la norma para se indique el país de origen, pero no el porcentaje.

En este sentido, hacemos un repaso por todos los elementos que deben incluirse de forma obligatoria en las etiquetas de los alimentos, que siempre deberán estar escritos en castellano y en un tamaño de letra que será igual o superior a 1,2 mm y si el envase es inferior a 80cm2, la letra tendrá que ser igual o superior a 0,9 mm. Además, los ingredientes se especificarán de mayor a menor peso y tendrán que identificar aquellos componentes que puedan causar alergias o intolerancias.

La procedencia y origen del producto también se deberá incluir de forma obligatoria «cuando su omisión pudiera inducir a error a la persona a la hora de adquirir el producto», tal y como indican en el portal Conseumo Responde en la Junta de Andalucía. Los productos cárnicos también deberán llevar la marca sanitaria que se aplica de forma exclusiva en mataderos o en establecimientos manipulación de caza y que debe otorgar un veterinario oficial, según indican en la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan).

Así, en general, y tal como se indica en la web de Consumo Responde se deben incluir por ley los siguientes elementos en los alimentos: la lista de ingredientes, la especificación de los ingredientes o componentes que causen alergias o intolerancias, la cantidad de los ingredientes o de su categoría, la cantidad neta del alimento en cuestión, la fecha de caducidad o de consumo preferencia, las condiciones especialies de conservación y las de utilización, el nombre o la razón social de la empresa alimentaria comercializadora, el país de origen o el lugar de procedencia, el lote en el caso de productos envasados, el grado alcohólico para las bebidas con más del 1,2% de alcohol en volumen y por último, la información nutricional, que debe hacer referencia al valor energético y la cantidad de grasas.

Sin embargo, existen determinados alimentos exentos de incluir la lista completa de ingredientes como son las frutas y hortalizas frescas, las aguas carbónicas, los vinagres de fermentación, los productos lácteos a los que no se ha añadido ningún componente más allá de los necesarios para su fabricación o aquellos alimentos que consten de un único ingrediente.

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