Bizarras damas de la vela

Carolijn Brouwer, regatista de peso internacional, es una de las piezas clave del equipo femenino «Team SCA» de la Volvo

Alicante Actualizado: Guardar
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Narraciones únicas. Historias personales, todas de deportistas veraces y bizarros frente a los mares y los vientos. Tantos como setenta y cuatro relatos, que pertenecen a los tripulantes que durante nueve meses surcarán los océanos del mundo para completar la Vuelta al Mundo por escalas. Siete equipos. De nuevo, uno íntegramente femenino, el «Team SCA». No sucedía desde 2001. La única realidad es que son regatistas, deportistas, que han cargado el barco con sus propias historias. Un grupo con experiencias rotundas mezcla de la vela olímpica y la vela oceánica, en todo caso enamoradas de la vela. Carolijn Brouwer (Leiden, Holanda, 25/7/1973) ensalza que la fuerza está en el grupo cuajado y solvente, cocinado en los dieciocho meses previos a la salida desde Alicante. Pero élla, sin quererlo, es una líder, que, además de tener ya a sus espaldas una experiencia en Volvo Ocean Race, ha participado en tres Juegos Olímpicos (Sidney, Atenas y Pekín).

«Para mí la vela significa libertad», subraya la regatista holandesa, que relata por qué y cuándo fue el momento en el que le picó ese bicho imaginario y sin rostro del que hablan los apasionados por la vela y el mar. «Mis padres navegaban juntos. Lo hacían en 470. Mi hermano y yo les seguíamos. En una ocasión, iban terceros en una regata. A cincuenta metros de la llegada, mi madre cayó al agua. Mi padre tuvo dos opciones: recogerla y perder el tercer puesto o seguir y volver luego a por ella. Dicidió seguir. Esa fue la última vez en que navegaron juntos. Vendieron el barco y compraron dos para competir uno contra a otro en Laser. Mi madre le ganó todas las regatas», cuenta, al tiempo que considera que «el talento y el ‘feeling’ por la vela creo que lo tengo de mi madre, pero la determinación y la competición de mi padre».

Carolijn empezó a navegar con diez años en aguas de Río de Janeiro (Brasil). Poco más tarde comenzó a ganar todos los campeonatos en los que competía. Fue al terminar sus estudios universitarios de Estudio de Latinoamérica en 1998 cuando empezó a convertirlo en su profesión. «Me tomé un año para ver mis posibilidades y participar en todas las regatas posibles. Gané casi todos los campeonatos en los que competí en vela olímpica. Fue el momento de pensar en mis objetivos en la vela y lo convertí en mi profesión». Opina Brouwer que la vela «tiene una cosa que entra en la sangre y ya no sale nunca más. Es como una adicción».

La regatista holandesa, que domina seis idiomas -holandés, inglés, portugués, francés, alemán y español- ya participó en la Volvo hace doce años. Pero se quedó con ganas de más y de completar la Vuelta al Mundo. «La oportunidad que tengo ahora con el ‘Team SCA’ es única y muy, muy especial. Un sueño que quería cumplir», explica. Abbey Ehler y Liz Wardley son las otras dos integrantes del equipo con experiencia en esta regata.

Brouwer considera que uno de los puntos fuertes es que se ha logrado hacer un grupo después de dieciocho meses -fueron el primer equipo que arrancó su entrenamiento, siendo clave la preparación diseñada por los españoles Antonio Zoido y Santiago Casanova-: «Nos ayuda mucho que empezamos muy pronto. Hemos navegado, hemos ido al gimnasio, hemos preparado todo juntas y hemos crecido como equipo. Miras a los ojos a otra compañera y ya sabes qué hay que hacer o cuál es el estado de ánimo. La Volvo Ocean Race es una regata muy dura físicamente, pero también mentalmente».

La regatista, madre de un niño de tres años -otras dos regatistas del equipo tienen también un hijo cada cual y además de esa misma edad-, ensalza que «el espíritu del equipo es fuerte. Venimos de culturas diferentes y también de clases de vela diferentes. Hay mucho respeto entre nosotras por lo que hemos hecho en el pasado, pero también por lo que hacemos ahora en el barco».

Carolijn, de 41 años, es una de las referencias en el mundo de la vela y cuenta con sobrada experiencia. No hay objetivos, sabe que en el mar todo puede suceder y menos en una regata extrema: «No hay ningún equipo que vaya a hacer una regata perfecta. El que menos errores cometa, ganará. Nosotras procuramos competir al límite nuestro y del barco, pero con sentido común, con criterio».

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