¿Qué fue de?

Patrick Vieira, más vale maña que fuerza

Leyenda del mejor Arsenal de la historia, el francés llamaba la atención por su gran físico, pero su fútbol era mucho más que eso. Ahora forma parte del proyecto deportivo del Manchester City

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Patrick Vieira es sin duda uno de los mejores exponentes de la Francia «colonial» que ganó el Mundial en 1998 y la Eurocopa dos años después. Probablemente el mejor centrocampista de finales de la década de los 90 y principios del siglo XX. Su influencia va más allá de su fútbol, ya que en cierta manera fue el gran exponente del fútbol africano triunfando en Europa. No el primero, pero sí el que desarrolló una carrera más larga y exitosa.

Con la selección de Francia fue parte del equipo campeón del mundo en 1998 y de la Eurocopa de 2000. Vivió la decepción de Corea y Japón en 2002 y llevó a los galos a la final del Mundial 2006 en el último zarpazo de una generación que se iba apagando poco a poco.

Algunos periodistas han comentado con sorna que su herencia «envenenada» fue que se abrió la veda de la búsqueda eterna del nuevo Vieira. Tratar de encontrar un jugador de grandes condiciones físicas que desempeñase ese mismo rol. Pero no lo encontraron.

Natural de Dakar, Senegal, Vieira destacó desde bien temprano por unas condiciones físicas descomunales. Como irían haciendo decenas de jugadores africanos a partir de entonces, Vieira inició su etapa futbolística en Francia. A los 17 años debutó en el Cannes. Esa estancia cambió su carrera. En uno de sus primeros partidos se enfrentó al Mónaco, por entonces entrenado por Arsene Wenger. El técnico galo no se olvidó de la capacidad de aquel joven, todavía inexperto pero que ya era capaz de gobernar el centro del campo y ocupar los espacios con inteligencia. Vieira era mucho más que un físico.

Corría el año 1995 cuando Vieira fichó por el Milán. Pero lo hizo al equipo reserva. Era ya por entonces un futbolista prometedor y comenzaba a ser reconocido a nivel europeo. Pero abrirse camino en ese gran equipo italiano plagado de estrellas se hacía casi imposible. Apareció entonces su gran valedor. Wenger lo convenció para que lo siguiese en su aventura inglesa en el Arsenal. El equipo londinense vivía tiempos convulsos. Tras la salida de George Graham y el infausto paso por el banquillo de Bruce Rioch todo se había deteriorado. La adicción al alcohol de su mítico capitán, Tony Adams, habían dejado al equipo huérfano.

Wenger no solo recuperó a Adams, sino que complementó el vestuario con un grupo de franceses que elevaron el nivel del equipo. Tanto en lo técnico como en lo físico. Tres Premier League, tres Community Shield y tres FA Cup son el balance de una etapa (1996-2005) en la que el Arsenal vivió el mejor momento de su historia.

Especialmente memorable fue la temporada 2003-2004, en la que el equipo conquistó la Premier League sin perder ningún partido. Aquella gesta les valió el sobrenombre de «Los invencibles». Henry era la figura más reconocida en aquel equipo. Pero la realidad es que cuando Vieira se fue en 2005 el equipo tardó nueve años en volver a ganar un título. De una década mágica con Vieira, a otra de sequía sin él.

Vieira era la carta que sostenía todo el castillo de naipes. Fue en Londres dónde se mostró como mucho más que un medio defensivo. Vieira no era eso. Con una clara vocación ofensiva, gran capacidad de llegada y verticalidad.

Renunciar al Real Madrid

En una ocasión Vieira dijo que no se arrepentía de la carrera que había tenido, pero que si pudiese cambiar algo habría sido fichar por el Real Madrid.

El francés diría más tarde que no le convencía el poco reconocimiento que había tenido su compatriota Makelele. Pero lo cierto es que llegó a estar en la capital con sus agentes y estuvo muy cerca de recalar en el Bernabéu.

Finalmente no lo hizo, y su destino fue la Juventus de Turin, previo pago de 20 millones de euros. Para un Vieira que tal vez no era el de antes, la Serie A se presentaba como un gran reto. Pero también una gran oportunidad, pues su tremendo físico y orden táctico podían adaptarse bien a Italia. Una liga siempre con un punto de velocidad menos que la Premier.

Tras solo una temporada en Turin se vio envuelto en el escándalo del Moggigatee. La Juve fue descendida de categoría y Vieira buscó acomodo en el Inter de Milán. Sin embargo, fue incapaz de encontrar la continuidad debido a las lesiones, de hecho entre 2006 y 2010 disputó solo 67 partidos. Menos de 20 por temporada, lejos de la continuidad de los buenos tiempos.

Una nueva etapa

Se acercaba el final. Pero todavía quedaba tiempo para otra aventura. Con 33 años volvió a Inglaterra. En enero de 2010 el Manchester City le ofreció un contrato de seis meses, hasta el final de la temporada.

Un rendimiento más que razonable le valió la renovación por una temporada más. La última. En julio de 2011 anunció su retirada del fútbol profesional.

Siempre será recordado por sus años en el Arsenal. Pero ha sido en Manchester dónde ha encontrado el proyecto para dirigir su carrera en los años posteriores a colgar las botas. Actualmente es el entrenador del filial del club citizen, un proyecto en el que el nuevo centro de entrenamiento se ha convertido en una referencia mundial. El City quiere dejar de crecer únicamente a golpe de fichajes caros y no siempre tan estelares y espera consolidar un proyecto desde la base. Y en ese plan, Patrick Vieira es pieza clave del engranaje.

Ver los comentarios