El Madrid se impone al coraje canario

El Real Madrid se llevó la victoria de Tenerife en un partido vistoso en el que su mayor profundidad de banquillo fue suficiente para desarbolar a un buen Iberostar. La calidad de Rudy Fernández y el acierto exterior de todo el equipo acabaron por desactivar el juego colectivo de los canarios.

Venía el Real Madridcargado de kilómetros y tensión. Llegaba a Tenerife tras un largo viaje desde Kazan, donde el Unics le había exigido hasta el último suspiro para poder llevarse la victoria. Esfuerzo mayúsculo que no le pasó factura a los blancos ante el Iberostar. [ Estadísticas del Iberostar Tenerife-Real Madrid]

Como viene siendo habitual esta temporada, Laso revolucionó su cinco titular. Si el año pasado los titulares eran inamovibles, con rotaciones casi fijas que hacían al equipo previsible en muchas fases del partido, ahora es todo lo contrario.

Cuesta adivinar qué cinco saldrán de inicio, lo que varía también el ritmo y la puesta en escena.

Sorprendió el Real Madrid al Iberostar con un Nocioni acertadísimo desde el perímetro. Tres triples del argentino nada más comenzar el duelo pusieron al Madrid en órbita (7-18). No encontraban su ritmo los locales, con Sekulic aún en el banquillo tras una semana complicada con molestias físicas.

Cuando el pívot entró en el partido, el panorama cambió para los amarillos. La pareja formada por el montenegrino y Sikma propició la remontada local antes del final del primer acto (21-25). Jugaba el Madrid al «trán trán» sabedor de su superioridad, pero consciente también de las dificultades que ha pasado en casi todos los partidos de esta temporada para terminar ganando.

La irrupción de Mejri reactivó también a Sergio Rodríguez, que con el tunecino en cancha es feliz. Los centímetros del pívot abren un mundo de complicidad entre los dos, que jugando por encima del aro son casi imparables. Gracias a ellos, el Madrid estableció una diferencia de diez puntos (39-52 al descanso) que se mantuvo durante casi todo el partido a pesar de los intentos amarillos.

En cada acción positiva de Beirán, Sikma o Sekulic aparecía un jugador blanco para dar réplica. Fue Rudy el principal escollo del Iberostar en su intento de meterse en el partido. El balear se exhibió desde lejos y desde cerca. Preciso en el tiro y bien en las penetraciones, por su culpa se acabó el partido antes de tiempo. Por fin, no lo pasó mal el Real Madrid, ante un rival peleón pero sin recursos necesarios para hacerle frente al líder.