José María Manzanares, de negro y azabache, en un derechazo
José María Manzanares, de negro y azabache, en un derechazo - EFE

Así fue el reencuentro de Manzanares con La México después de tres años de ausencia

Más de 30.000 espectadores en el estreno de la Temporada Grande, con una oreja para el alicantino y Joselito Adame como triunfador

MÉXICO D. F. Actualizado: Guardar
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Después de la valiente actuación de un artista como lo es José María Manzanares, un hombre que acaricia el toreo, pero que ayer se tuvo que pelear firme y serio para conseguir la primera oreja de la Temporada Grande, vino el reencuentro de un torero que está convertido ya en una figura de México.

Sí, ese Joselito Adame, al que las figuras en España desdeñan al dejarlo fuera inmerecidamente de sus carteles, algo que en México no sucede porque piden actuar con él, fue capaz de convencer y unificar los criterios de los aficionados que saben que en Joselito hay uno de los toreros mexicanos más importantes en este momento, y que cortó tres orejas en la tarde inaugural de una Temporada Grande que en el papel se antoja la mejor de muchas.

Era el regreso de Manzanares a La México después de tres años de ausencia. Su primer enemigo, de Hamdan, vendió caras cada una de sus embestidas. Pero se encontró con torero que no solo peleó firme y valiente, sino que además fue capaz de robarle, literalmente, muletazos templados, con el sello de esa personalidad tan definida de José María, que consiguió cortar la primera oreja de la campaña. Para algunos la oreja que le concedieron tras la estocada no la merecía, pero el mérito que tuvo la faena en un torero tan artista para muchos era de trofeo.

Con su segundo, el alicantino no encontró acomplamiento. Lo descastado del astado de Xajay, que por cierto le brindó a uno de los ganaderos, poco le permitió y para colmo la mano se le fue abajo al matar consiguiendo un metisaca que el público le protestó.

Reposo de Joselito

Lo de Adame, el reposo de sus faenas, el caminar firme y sin titubeos frente a sus dos enemigos, los dos buenos del encierro, es producto de una campaña europea en la que nadie le ha regalado nada al aguascalentense.

Su primera faena tuvo mucha emoción con un bravo toro de Handam, que además tuvo calidad y reunió nobleza y emotividad, un animal muy completo que mereció el arrstre lento y al que le cortó una oreja. El otro, un noble astado de Xajay, permitió a José torear otra vez muy despacio, abandonarse al hacerlo y enloquecer a La México, que después del vibrante ¡torero, torero! y un estoconazo recibiendo no dudó en pedir las dos orejas que le fueron concedidas.

Hubo quien iba por más, por el rabo que ya tendrá oportunidad de cortar. Este domingo no era el momento. La salida en hombros fue espectacular hasta la calle y con miles de personas acompañando a la joven figura mexicana.

El maestro Zotoluco se topó con el lote malo y su esfuerzo por dar la cara con dignidad y torería le fue agradecido por el público.

Con más de 30 mil espectadores se lidiaron tres de Xajay y tres de Julián Hamdan, todos de armónica presencia, rematados, de buena cara. De Hamdan el primero fue soso y el segundo peligroso, quedándose corto, pero el tercero fue un cúmulo de cualidades, destacando la bravura y la calidad. De Xajay, el cuarto y quinto resultaron deslucidos aunque obedientes; el sexto resultó nobilísimo, pero la bravura, característica de esta casa, no le sobró. Tanto el tercero como el sexto recibieron arrastre lento, más justo el de Hamdan. Este fue el balance de la terna:

Eulalio López «Zotoluco»: silencio en su lote.

José María Manzanares: oreja con tibias protestas y silencio tras un aviso.

Joselito Adame: una oreja y dos orejas.

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