Cádiz CF

(Vídeo) Así vivió la permanencia el cadismo: Una semana con la hazaña en la retina

Hace siete días la afición cadista vivió un domingo mágico con la permanencia

Los seguidores amarillos arroparon al equipo de Sergio González tanto en Vitoria como a su llegada a Cádiz, durante una jornada inolvidable

José Mari celebra la permanencia a su llegada a Cádiz con los aficionados. Francis Jiménez

J,M,A,N.

Vitoria, domingo 22 de mayo. El cadismo comienza a invadir el centro de Gazteiz. Transmite buen ambiente, pese a la paliza que se han dado los aficionados amarillos para vivir esta cita que será histórica. Aunque antes de saberlo, el optimismo ya presagiaba la hazaña del equipo entrenado por SergioGonzález.

Ha pasado ya una semana desde que el Cádiz consiguiera la permanencia en Vitoria. Aún sigue coleando la celebración. En la noche del viernes 27 de mayo, el cantante Manuel Carrasco entonó el himno oficioso de Manolo Santander con los miles de fans que acudieron al concierto celebrado en Bahía Sur, en San Fernando.

Han sido siete días de inmensa felicidad para una afición omnipresente. De norte a sur, el equipo amarillo siempre estuvo arropado. Así, primero sufrió y celebró la salvación con los que decidieron viajar a ver en directo el partido contra el Alavés, tras horas de carretera o vuelos contratados para una ocasión que bien lo merecía.

Horas más tarde, ya de madrugada, los seguidores amarillos que se quedaron en casa acogieron a sus héroes con los mismos vítores que los desplazados a tierras vascas.

Los jugadores bajan de autobús del Cádiz dispuestos a fundirse con sus seguidores. La fe y el esfuerzo de la plantilla encuentra la mejor recompensa con este baño de masas que se resistía desde hace dos temporadas con un ascenso vivido a distancia, por culpa de la pandemia. Ahora había llegado el momento de saborear el nuevo éxito.

Hermandad y optimismo

Desde un primer momento, la hermandad con los aficionados del Alavés es total. Muchos vitorianos habían cedido sus entradas a los cadistas. En los bares de las calles vitoriarnas comienzan a entonar los primeros cánticos, para calentar las gargantas de cara al partido. Faltan aún algunas horas, pero el ánimo no decae. Es más. La confianza sube por momentos, aunque son conscientes de que será necesario una ayuda en alguno de los dos otros partidos que juega el Cádiz en la distancia.

Finalmente, no fue el Osasuna quien echó una mano sino los pericos del Espanyol. De la incertidumbre se pasa a la alegría, durante los noventa minutos en una auténtica montaña rusa de sensaciones. El Mallorca se adelanta y las miradas se centran en Los Cármenes, donde el Granada falla un penalti que da a las al graderío de Mendizorroza. Al poco tiempo Choco Lozano marca el gol y se desata la euforia, aunque todavía quedaba mucho por sufrir hasta el pitido final.

La euforia se transmitía de norte a sur de España. Del césped de Mendizorroza a la grada. Paralelamente, Cádiz era una fiesta. Las Puertas de Tierra comenzaban a recibir a los aficionados sobre las diez de la noche y en el Falla cantaban el «Me han dicho que el amarillo...».

Aún quedaban cinco horas para que desembarcase la expedición cadista en ese mismo escenario.

A los aficionados no les importó la espera y recibieron a sus ídolos con cánticos y vítores para celebrar una gesta que hace meses parecía bastante complicada.

El Cádiz comenzará el próximo mes de agosto su tercera temporada consecutiva en Primera división, gracias al esfuerzo de sus jugadores y cuerpo técnico, pero también de la afición amarilla que ha aportado muchos puntos en este tramo final de locura.

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