cádiz - real sociedad
La pizarra del Cádiz 0-0 Real Sociedad
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Buen partido del cuadro cadista que casi siempre es mejor que su rival, tiene la iniciativa y solo la falta de acierto arriba le priva de un mejor resultado
Falta un poco más
El Cádiz lo pusó todo en cuanto a actitud y ganas para llevarse el partido ante un rival de la calidad de la Real Sociedad. Solo le faltó lo más importante, el gol. Y es que el cuadro cadista necesita hacer muchas cosas, quizás demasiadas, para ver puerta. No es que no tenga calidad el cuadro cadista, pero exigir más a jugadores como Chris Ramos (tuvo un mano a mano ante Remiro) es complicado, si bien otros, caso de Maxi y Guardiola, tienen que sumarse al carro goleador como sea.
El Cádiz neutralizó muy bien a una Real Sociedad que salvo veinte minutos de la segunda parte nunca estuvo cómoda sobre el césped de Carranza. Tenía dinamita arriba, calidad en el medio, pero el trabajo en la presión de los amarillos y el sacrificio durante todo el partido fue más que suficiente para evitar que el conjunto de Imanol desplegara su juego durante el choque.
Un punto que sirve para seguir creyendo en este equipo y entender que sigue dando pasitos adelante para al fin romper una dinámica sin ganar que ya pesa demasiado en el seno gaditano.
1. Navarro, motivado para jugar
Sergio metía dos cambios obligados y uno menos esperado. David Gil y Maxi suplían a Conan y Roger, mientras que Robert Navarro jugaba de inicio por Rubén Sobrino. El técnico buscaba la motivación del futbolista cedido por la Real ante su exequipo y lo cierto es que no estuvo mal, sumando la inercia positiva del partido ante Las Palmas.
Desde el primer momento el Cádiz tenía claro que debía presionar fuerte arriba la salida de balón del cuadro vasco. Fruto de ello llegó la ocasión más clara del partido con un mano a mano de Chris. La Real no estaba cómoda, no tenía una salida de balón limpia y el Cádiz siempre tenía la iniciativa del juego, tocando desde atrás y encontrando huecos sobre todo por la banda derecha de un siempre trabajador Iván Alejo. El Cádiz era mejor desde el arranque y sumaba llegadas ante un rival que se acercaba solo de manera esporádica.
2. Empanada habitual
Los problemas para la Real venían en un lateral derecho en el que jugaron hasta cuatro jugadores. Primero por el cambio táctico de Imanol y luego por diversas lesiones. El conjunto de Donosti salía tras el descanso con otro aire, mucho más metido en el partido, triangulando y poniendo en aprietos a un Cádiz que no comenzaba su habitual empanada en los partidos.
De ahí llegaron ocasiones de peligro de la Real, un tiro al larguero y una jugada en la que Iza salva un pase de la muerte. De ahí a los veinte minutos de la segunda parte el Cádiz andaba perdido sin la conexión entre Alcaraz y Álex de la primera parte y sin la capacidad de robo que había mostrado en la primera mitad.
3. Buena inercia al final
La gran diferencia respecto a otros partidos fue que el Cádiz supo resarcirse de ese mal momento. El equipo volvió a engancharse con tres cambios que metió Sergio. Guardiola, Sobrino y Koaumé dieron nuevos aires al equipo, sobre todo el tercero que sigue demostrando que tiene calidad, temple y capacidad para mover con criterio el balón.
El Cádiz volvía a ser dominador en los minutos finales, Brian Ocampo entraba mandando a Sobrino a la derecha para dar más posesión al cuadro cadista. Las fuerzas se igualaban pero el cuadro cadista acababa el partido cono inercia positiva, sin que llegara el gol, pero rozándolo en ocasiones como la de Chris Ramos de cabeza.
El punto vale para reafirmar que este equipo hace muchas cosas bien, que se acerca a la victoria pero que necesita algo más para sumar de tres. El equipo está vivo, con ganas y la actitud necesaria para romper su mala dinámica.
