cádiz - mallorca

La pizarra del Cádiz 1-1 Mallorca

la liga ea sports

El cuadro cadista sigue pecando de falta de identidad, fútbol y capacidad, cometiendo una semana más errores impropios de un equipo de Primera División

Chris Ramos remata de chilena antonio vázquez
Rubén López

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Nada a lo que agarrarse

Qué no, qué no. Que este Cádiz CF no merece seguir en Primera División. Duele decirlo y pensarlo pero es la pura realidad. Solo un milagro podría evitar un descenso cantado desde hace meses, fruto de una planificación deportiva desastrosa que se pudo subsanar en enero pero no se quiso. Que se pudo solventar con un entrenador idóneo para resucitar a un muerto pero tampoco se hizo. Ahora, como dice el propio Mauricio Pellegrino, es la consecuencia del pasado. El problema es que él también forma parte del pasado pues no llegó ayer al banquillo, ni mucho menos.

Seguramente en el partido menos idóneo para ello, el entrenador cadista decidió cambiarlo todo. La poca identidad de este equipo se quedó sin ella con un cambio de sistema que no sirvió para nada. Jugando con tres centrales, uno de ellos se comió un gol impropio de un futbolista de Primera División. Hasta el minuto 48 no llegó la primera gran ocasión de peligro del cuadro cadista. Y así la descripción de males de este equipo podía seguir hasta el infinito, resumiéndose en que aún no se sabe a qué juega este Cádiz y que además carece de lo más básico, cáracter y alma para revertir una situación de la que ya prácticamente no hay tiempo.

1. Y ahora un cambio de sistema

El día menos indicado Pellegrino decidió liarse la manta a la cabeza. No hace un mes cuando el equipo no ganaba ni a tiros, lo hizo el día que la victoria era obligada y no tenía vuelta de hoja. El problema es que ni antes, ni ahora, es reconocible este equipo. El riesgo que todos le pedimos al entrenador se resumió una semana más en salir fuerte a presionar arriba pero este Cádiz no le roba un balón ni al recogepelotas.

La presión de los amarillos ante un Mallorca con el mismo sistema de juego no funcionaba. Los de Aguirre, con una identidad y una manera de jugar amén de que siguen en la zona baja, estaban tan cómodos que a los pocos minutos se adelantaban en el marcador con un centro desde Valencia, la ciudad natal de un Fali que un partido más estuvo a un nivel lamentable y que se come un gol propio de tres categorías más abajo. A partir de ahí a remar y haciendo algo muy complicado, remontar ante un rival que se encierra bien y remontar para un equipo que no le marca un gol ni aunque la portería sean las Puertas de Tierra.

El Cádiz no lograba hacer daño pues no abría el campo. Robert Navarro jugaba más por dentro que por la banda. Los amarillos se chocaban una y otra con un muro impuesto en el centro del área del Mallorca. Sin ideas arriba, sin capacidad y sobre todo sin fe.

2. Dominio absoluto bermellón

Así las cosas, los minutos pasaban y el Mallorca estaba más que cómodo con un Samu Costa dueño y señor del centro del campo. Fali trataba de sacar el balón atrás, a veces venía Álex, Alcaraz andaba perdido y el único recurso era balones a Chris Ramos, sin que el gaditano pudiera aguantar un mínimo de balones que si lograba un Muriqi colosal por el gol y por la capacidad de generar juego para su equipo.

Hasta el minuto 48, casi al descanso, no llegó el primer 'uy' a Carranza con una chilena de Chris Ramos. El Cádiz había tirado por la borda toda una primera parte, sabiendo que se jugaba la vida ante su rival.

3. Ni pueden, ni saben

La segunda parte fue un quiero y no puedo cadista, una vez más. Pellegrino metía varios cambios al descanso volviendo al 4-4-2. Javi Hernández entraba al lateral zurdo y Guardiola se iba a la banda derecha. El balear fue el mejor de los amarillos pues sus centros a pierna cambiada hacían daño, de uno de ellos llegó el gol y en sus botas tuvo la remontada con un disparo ajustado.

Pellegrino daba libertad a Guardiola para dar mayor fluidez al juego. El Cádiz jugaba sus mejores minutos pero realmente no generaba demasiado peligro. Ese fue el problema del equipo este domingo, que en ataque produjo muy poco, llegadas pero sin concretar y así es imposible marcar.

Pellegrino movía los cromos en ataque con la entrada de 'singol' Maxi Gómez y Roger Martí. El Cádiz acababa con cuatro jugadores ofensivos, los dos citados más Guardiola y Machis que entró como siempre en los minutos casi de la basura, ante los cuatro centrocampistas del Mallorca que tenían el partido donde querían. Un mano a mano de Darder y una ocasión de Roger fueron las últimas oportunidades de un empate justo. El Mallorca no mereció más y el Cádiz, por desgracia, tampoco pues no tiene empuje ni fútbol para lograr mucho más.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación