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La pizarra del Badalona Futur 0-0 Cádiz

copa del rey

Lamentable partido de un equipo cadista que tres días antes cuajó una notable actuación ante el Sevilla y que frente a un rival tres categorías inferior no es capaz de crear ocasiones y mostrar su hipotética superioridad

Sergi Guardiola en el partido l.v.
Rubén López

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Inaceptable

Horroroso. Terrible. Desastroso. Lamentable. Patético. Indigno. Y así podríamos tirar de la maravillosa lengua española para seguir encontrando adjetivos negativos que intentaran describir el partido del Cádiz CF ante el modesto Badalona Futur. Seguramente nos quedaríamos cortos con todos esos calificativos porque un equipo de Primera División que hace tres días le plantaba cara al Sevilla no puede mostrar la imagen que ofreció ante un rival voluntarioso, motivado pero que juega en lo que hasta hace bien poco era la Tercera División. Hagánse una idea, el Badalona Futur juega en la misma categoría que el filial del Cádiz, sin embargo fue muy superior al cuadro de Sergio.

Y es que el técnico amarillo trató de darle toda la importancia del mundo al partido. Sacó de inicio tres delanteros, puso un equipo que en condiciones normales debería pelear por la titularidad en Liga. Jugadores como Maxi, Guardiola, Álex, Escalante deben estar en la terna por tener un hueco en el once. Si me apuran incluso un Joseba Zaldua que tampoco estuvo al nivel que se esperaba.

El caso es que el Cádiz generó muy pocas ocasiones, tuvo la pelota pero se dedicaba a generar pases. Un equipo sin ideas, sin alma, sin tensión y que incluso tuvo el peligro de volver a caer eliminado a las primeras de cambio si no fue porque tiene un buen portero como David Gil y porque el Badalona erró otro penalti.

1. Muchos delanteros, poco juego

Sergio sacaba una alineación diferente, como era de esperar, pero con lo llamativo de poner tres delanteros en un sistema más parecido al 4-3-3- que otra cosa. El técnico entendía que con Negredo, Maxi y Guardiola el partido podía estar resuelto. Quizás lo que le falló es que si atrás no se generan ocasiones para los de arriba es muy complicado y el choque de Copa sacó a relucir el porqué hay jugadores muy suplentes en este Cádiz.

Y eso que el Cádiz salió bien al partido, entendiendo que tenía que igualar en actitud al Badalona. El equipo cadista presionaba arriba, tenía el balón y trataba de llegar al área contraria. Pero todos eran más intentos que otra cosa. Con el paso de los minutos el Badalona se crecía y de vez en cuando pisaba el área de David Gil.

2. Ni un robo a la salida de balón local

Los minutos pasaban y el nivel superior de un equipo de Primera ante otro de Segunda Federación se desvencía. El Cádiz era incapaz de robar balones arriba ante un equipo que arriesga con la salida de pelota jugada. Ni por esas. El Badalona daba una lección de como comenzar a jugar desde atrás ante un Cádiz perdido en el que unas veces bajaba Guardiola a por balones, otras lo hacía Álex, José Mari estaba en un lado y otro sin saber qué hacer. Un desastre.

El Cádiz trataba de generar por dentro y también por fuera pero era un partido sin extremos claros, no había quien pisara la línea de fondo y tampoco los laterales se prodigaban en ataque. El Badalona no tenía la pelota pero no sufría en absoluto, estaba más que cómodo sobre su tapete artificial ante un Cádiz que tenía la guadaña encima, sabiendo que los minutos pasaban y el gol (y las ocasiones no llegaban).

La segunda parte era de una mínima activación cadista pero sin ocasiones claras. Tan solo cuando entararon Lucas Pires y Robert Navarro el Cádiz comenzó a generar peligro. ¿Cómo? Metiendo centros al área. Maxi tuvo algunos remates y Navarro generaba peligro pero todo era a cuentagotas.

3. Desidia en la prórroga

Sergio volvía a su 4-4-2 con las entradas de jugadores como Kouamé y Alcaraz. Tuvo incluso que recurrir a su mejor delantero, Chris Ramos, para intentar pescar algo arriba, ya que todo el peligro cadista era como si realmente el de amarillo fuera el equipo pequeño. Balones a la olla. Inaudito.

La prórroga era el castigo a la desidia cadista ante un Badalona que se crecía y comenza a creer que de verdad era posible. De hecho, el cuadro catalán acababa antes de la prórroga acosando al Cádiz y llegando al área de David Gil.

La media hora extra era fortaleza del cuadro local ante el cuadro visitante haciendo cada uno la guerra por su cuenta. Ni sistema, ni forma de jugar. Sergio entendía que con la calidad que había en el campo era suficiente y en absoluto fue así. La tanda de penaltis y calidad de David Gil decidieron en un encuentro para olvidar y para hacer una reflexión importante por parte de Sergio y de la plantilla. Ya toca.

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