Sevilla - Cádiz
La pizarra del Sevilla 1-0 Cádiz
Sin recursos, sin capacidad y sin posibilidad de cambiar el partido, el conjunto cadista se ve tan limitado que solo es capaz de tirar a puerta una vez ante un rival muy discreto
Sin recursos, sin nada
Este Cádiz es hoy por hoy un equipo con muy pocos rescursos, muy poquitos. El banquillo del conjunto cadista, con todos los respetos, da miedo. De hecho, una vez más el rival tenía más jugadores suplentes que el conjunto de Sergio. Y a eso hay que unir la incapacidad de encontrar jugadores que de verdad ofrezcan alternativas serias al juego de este Cádiz.
Con más jugadores fuera de los que han llegado en el mercado, ahora mismo el Cádiz tiene una incapacidad alarmante. Más allá de que compita y pueda estar en los partidos, no mantiene regularidad en muchos encuentros y no es capaz de poner en aprietos serios durante los 90 minutos a sus rivales. Cierto es que consiguió ganar no hace mucho en Mestalla, pero ese partido parece hoy por hoy un espejismo viendo que al cuadro de Sergio le cuesta mucho tener una seria regularidad que le haga salir de los puestos de bajo.
¿El problema es de Sergio? Puede ser pero está claro que la planficación deportiva no es ni mucho menos lo mejor, siendo condescendientes. El técnico puede ser aliado de una situación que solo puede ir a peor si no llegan de aquí al 31 de enero dos o tres fichajes , como mínimo, que sean titulares en este equipo.
1. Un once con lo que hay
Viendo los lesionados y la sanción de San Emeterio, Sergio apostó por lo que tenía en el once titular. Quizás arriesgado con dos pivotes ofensivos y un jugador como Bongonda que ni ataca ni defiende. La premisa gaditana del partido era trabajar mucho atrás, sabiendo de la ansiedad de un rival que demostró que está a años luz de su mejor versión.
Sergio reconocía que el plan de partido era el de esperar atrás y salir a la contra, y el Cádiz por momentos lo consiguió en la primera parte. El Sevilla dominaba el balón y llegaba la área de Conan con poco peligro. Una salida cadista acababa con un disparo de Choco, lo más peligroso de los amarillos en todo el choque.
2. Ni dos pases seguidos
Los minutos pasaban y el VAR salvaba al Cádiz antes del descanso. El Cádiz defendía, trabajaba y se encerraba atrás, pero había momentos que no era capaz siquiera de llegar al centro del campo. La segunda parte arrancaba con peores sensaciones, pues si durante la primera el equipo de Sergio ejecutó bien su plan de partido, durante la segunda el encuentro era un peligroso monólogo del equipo de Sampaoli.
¿Qué había en el banquillo para cambiar el partido? Nada. Lo más esperanzador era un Álvaro Negredo al que Sergio está relegando a poco más de diez minutos por partido. Diarra no está bien físicamente, Alejo está en un mal momento y los Arzamendia, Álvaro Giménez y compañía ni están ni se les esperan.
3. Se veía venir
Si te llevas todo el partido defendiendo y sin dar dos pases seguidos, sin tener el balón y sin meter en aprietos a tu rival pueden pasar dos cosas: que finalmente consigas un punto porque no has cometido un solo error atrás, o lo segundo, más problable, cualquier mínimo fallo atrás te condena. Y así fue.
Alejo cometió un absurdo penalti en un partido en el que lo más absurdo no fue la mano del jugador de Valladolid, sino las pocas garantías cadistas para ganar ante un Sevilla de medio pelo. Ninguno de los cambios de Sergio cambió absolutamente nada . El técico puso a Sobrino en banda, volvio al trivote con Diarra-Alcaraz y Álex por delante. Acabó jugando con Choco y Negredo arriba. Nada de nada.
Que el Cádiz puede hacer un buen partido ante el Mallorca y ganar no es una quimera, pero las garantías de que hoy por hoy lo consiga no son tantas como la situación que vive un equipo pendiente de un mercado
