Mallorca - Cádiz
La pizarra del Mallorca 1-0 Cádiz
Mal arranque falto de intensidad y sobriedad atrás de los amarillos que le condena en un partido muy igualado que se decide por un error y la inoperancia ofensiva de los de Sergio
Los detalles también condenan
Preparen las tilas, vigien el corazón y rezen todo lo que puedan y si es a Jesús Nazareno y a la Virgen del Rosario, como diría el añorado Theo Vargas, mucho mejor. Porque el Cádiz se está empeñando en comprar papeletas en la tómbola del descenso para que le toque bajar de categoría. Un equipo que no hace mucho transmitía sobriedad atrás y de vez en cuando remataba arriba . Una plantilla confiada en sus posibilidades que está empezando a tirar por la borda una posible permanencia.
Y eso que el Cádiz no fue peor que el Mallorca, ni mucho menos. Pero en partidos tan igulados los detalles deciden. El Cádiz la lío en el gol local y luego no fue capaz de marcar un empate porque a nivel ofensivo el equipo es lo que es. Ser el penúltimo en la tabla de goleadores de Primera no es por casualidad.
Sergio lo intentó todo. Acabó con tres delanteros y no cesó de meter balones arriba pero no hubo manera de empatar un partido que se escapó de manera injusta (el empate, que no la victoria). Empiezan a encenderse las alarmas porque el Cádiz ha dejado escapar dos partidos para acercarse a una salvación que sigue a tiro pero a la que le van quedando pocos capítulos por delante.
1. Alejo gana a Bongonda
Los amarillos salían con todo el arsenal a Mallorca, su equipo de gala con la novedad de Alejo por un Bongonda que está volviendo a su peor versión. La intensidad y las ganas era lo primero que se tenía que ver de un equipo que se estaba jugando la vida pero nada de nada. El Mallorca salía con una marcha más a pesar de varias intentonas amarillas que acabaron en disparos a puerta.
La idea de Sergio era buscar balones a la espalda de la defensa local, sin olvidar que este partido lo iba a ganar quien se pusiera por delante, como así fue. En un fallo en cadena con resbalones, fuera de juego no pitado, y luego un córner con dos remates permitidos por Chris Ramos y Espino llegó el gol local. El Cádiz se ponía por detrás en el marcador en un partido en que se veía obligado a remar pero con mucho tiempo por delante.
2. Sergio mete lo que tiene
Con mucho encuentro por jugar, el Cádiz se recomponía tras el gol del Mallorca y trataba de dar más sentido a su juego pero sin terminar de lograr jugadas concretas. Los de Sergio lo intentaban con las bandas, sobre todo la Alejo y Espino en la que sacaban una y otra vez centros que pocas veces remataban.
Capítulo aparte lo de los saques de esquina, pues el Cádiz fue incapaz de rematar uno solo. Chris Ramos era el jugador que iba a los duelos teniendo en cuenta que nada más comenzar el choque vio una injusta amarilla que le comprometió todo el choque.
Sin cambios en el descanso, el Cádiz salía de vestuarios con una marcha más para tratar de dar la vuelta al partido. Sin embargo, el Mallorca sabía jugar estos partidos en los que las continuas faltas hacían que el ritmo decayera mucho ante un rival amarillo que iba por rachas.
3. Merece el empate
Viendo el panorama, Sergio metía tres cambios de golpe. Negredo, Alcaraz y Bongonda entraban por Guardiola, Fede y Alejo. Solo Alcaraz trató de dar algo más de sentido al equipo pues Negredo tuvo problemas para bajar balones y Bongonda estuvo más a su rollo que a otra cosa por el campo. Por su parte, Javier Aguirre pasaba a defensa de cinco, de cara a tener más controlado los balones aéreos del Cádiz.
Con todo, el Cádiz era mejor que su rival pues constantemente mandaba balones al área, siendo el saque de banda su mejor arma con la potencia de Luis Hernández. El gol estuvo cerca de llegar en alguna oportunidad por insistencia, más que por otra cosa. El Cádiz acababa con tres delanteros, dejando a Chris en banda con Choco y Negredo arriba.
Ni por el corazón el Cádiz tuvo la oportunidad de empatar en un tiempo de descuento que el Mallorca jugó a las mil maravillas, digno de poner a los canteranos. Una bala se escapa, quedan cuatro pero está claro que el sufrimiento va en aumento.
