Mauricio García - Rayo - Cádiz

Más primos que hermanos

Mezclar el bendito deporte de la pelotita con la ideología no deja de ser una gilipollez

(Crónica) Noqueados en dos minutos fatídicos (5-1)

Aficionados del Rayo y del Cádiz en Vallecas. EFE
Mauricio García

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Pues una vez más, el partido contra el Rayo fue una fiesta . Y es que somos hermanos. O quizás más bien somos unos primos. Recuerdo jugadores del Cádiz que han terminado jugando en el Rayo, desde Barla a Salvi, al revés recuerdo a pocos, a no ser que cuente Pepe Mejías antes de su segunda etapa en el Cádiz. Tampoco recuerdo buenos resultados contra el equipo de Vallecas, pero aún así parece que debemos ser hermanos, por aquello de la política .

De ahí el tuit del alcalde del bonito día de fiesta de dos aficiones hermanas, el antifascismo y no sé cuántas milongas más del que, actualmente, vive de la política y le saca rédito a esta cosa sectaria de mezclar deporte e ideología. Como si a los once tipos que trabajan en un sector netamente capitalista les importara un soberano cojón todo ese engaño de la derecha, la izquierda, el centro y la madre que lo parió. Ojo, que tampoco hace mal el alcalde arrimando el ascua a su sardina en año preelectoral, como demuestra la legión de comentarios.

Pero no deja de quedarme la sensación de ser más que hermanos unos primos. Porque una vez más hemos hecho el ridículo, deportivo y si mi apura, en algún apartado más . Porque por mucho que periodistas nacionales vean un bonito gesto de que se aplaudiera el gol del Cádiz, dudo que si hubiera sido el 0-1 hubiera pasado. No deja de ser ridículo discutir hasta aburrir en las redes el aplauso a Joaquín en nuestro Estadio y a los tres días que algunos festejen el cuarto gol que te encaja el rival. ¿Se acuerdan aquello del alcohol, alcohol.... cómo terminó? Pues eso.

Ir a Vallecas para algunos es una fiesta, deportivamente se está convirtiendo en un suplicio . La pasada temporada empezó ahí una debacle que acabó con el vestuario como un polvorín, roto y terminó con la destitución del entrenador. Lo de este sábado no se sabe cómo acabará, entre otras cosas porque igual algunos jugadores no se han enterado que todavía ha empezado el partido.

Quizás la conclusión es que deportivamente hay poco que decir. Es lo que hay, que diría Koeman. A partir de ahí podemos mirar donde queramos para buscar culpables. Desde el banquillo a los jugadores, terminando por la dirección deportiva. O quizás habría que empezar por ahí, por la dirección deportiva. La temporada huele a hecatombe , esperemos que no se torne en ridículo. Ahora vienen los colchoneros, que de esos aunque perdamos no somos hermanos porque sus ultras son fascistas o de ultraderecha o ultragilipollas, porque mezclar el bendito deporte de la pelotita con la ideología no deja de ser una gilipollez .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación