Desde la platea

La calculadora

'Se va a volver a poner otra bola en juego y esta es la que hay que ganar'

villarreal debe olvidarse cuanto antes.

Mauricio García

La calculadora no mete goles, al menos que sepamos hasta el momento. A partir de ahí, y visto lo visto, donde equipos que no se juegan nada salen a jugar una pachanga de solteros contra casados, dejen de hacer cuentas. Estamos en un pelotón de equipos que por una serie de motivos está en el pelotón de los torpes . Algunos porque adolecen de gol, otros porque son más blanditos atrás que el foame, otros porque no saben defender en bloque bajo y otros porque no saben ni donde están los bloques.

El caso es que todas y cada una de las cuentas que se quieran hacer pasan por ganar este domingo. A partir de ahí, igual no hay ni que hacer más cuentas. Pero todo pasa por meter la pelotita en el arco contrario una vez más que tu rival .... si no es así, piensen en darle al off de la calculadora porque entonces, más que de cálculos infinitesimales, la cuestión puede ir de milagro en forma de penalti errado en cualquier campo que nos convenga.

Esto va de filosofía Nadal. Lo de Villarreal ya es una bola pasada. Da igual cómo fue el golpe. Se va a volver a poner otra bola en juego y esta es la que hay que ganar. Va la vida en ello. La vida deportiva y, como se siga así, la vida de muchos cadistas, porque los corazones de los amarillos están como para hacer un estudio. Ríanse de los test de esfuerzo que puedan hacer los propios jugadores en el reconocimiento médico de la pretemporada.

El cadista oscila estos días entre el optimismo de pensar que ganando se puede incluso salvar este domingo y el pesimismo de que el Celta es poco más o menos que el Brasil del 70, el Valladolid el dream team de Guardiola y el Getafe la Grecia que ganó la Eurocopa. Vive en un vaivén constante de sensaciones. En una montaña rusa de esas que tienen una caída en la que cuando vas en el vagón cierras los ojos deseando que todo haya terminado. Pues así andan muchos, deseosos de poder despertarse el domingo a las 9 de la noche cuando ya este partido hubiera pasado.

Pero hasta entonces solo nos queda una cosa. Confiar en que los jugadores, los 13, 14 o los que sean la guardia petroriana de Sergio, sean capaces de ganarle al Celta. Que el ambiente del Estadio, que tampoco mete goles, los empuje hasta morir y todos seamos felices... y sanos del corazón a partir de entonces.

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