Pan y circo

Je suis Lucas Pérez

'A un jugador que sufre por no poder estar con los suyos habría que apoyarle y no abuchearle'

Lucas celebra un gol con el Dépor.
Alfonso Carbonell

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Je suis Lucas Pérez. O lo que es lo mismo, ‘Yo soy Lucas Pérez’. Vamos, que estoy con él a saco. Y a mucha honra. Desconozco por completo la personalidad y el carácter díscolo que muchos le atribuyen al jugador gallego del Cádiz, pero un servidor se siente plenamente identificado con él. Ignoro por completo si la billetera ya la tiene a rebosar y ha decidido jubilarse en su tierra, pero a mí estos futbolistas que hacen las cosas de corazón y no por dinero debo decir que me resultan admirables. Y quedan pocos, muy pocos, en este fútbol tan moderno que ya ni tengo ganas de reconocer.

Lucas Pérez ya me conquistó a comienzos de verano cuando lo vi salir de Riazor como un aficionado más con lágrimas en los ojos después de que el Albacete (¡grande Kike Márquez!) le privase del ascenso a Segunda al equipo de su vida. Ya desde entonces me tuvo en sus manos y ahí sigo.

Pasó el verano y el Cádiz le denegó la salida puesto que, según Vizcaíno, le había dado la palabra de dejarlo salir en el caso de que hubiera ascenso deportivista, que no lo hubo. Bueno, la historia ya se la saben y el que no que se dé una vuelta por la hemeroteca.

Resulta que jugador y presidente se reunieron en Zahara –Gil lo hacía en Marbella– a petición de Lucas este pasado domingo para tratar el futuro estancado del delantero, que finalmente se quedará en Carranza con fastidio.

Y en eso que ayer tocaba partido y Sergio le hizo entrar con el encuentro ya perdido. Gran pitada de la mayoría del respetable. Lamentable, sería mejor llamarla. Y es que estoy seguro que todos los que ayer pitaron al jugador gallego estarían alabando a un jugador gaditano que quisiera dejar un club de Primera con tal de bajar al pozo de la Segunda B para sacar de ahí a su equipo de la infancia y de su tierra. En fin, estos aficionados se retratan ellos solitos. Y es una pena ya en lo deportivo, porque a una persona que lo está pasando mal por no estar con los suyos habría que mimarlo y no abuchearle.

P. D. Otro temita ya es la gestión del presidente. Ese que ayer dijo que "no hay caso Lucas Pérez» una horita antes de que el estadio le recibiera con una sonora pitada. De chiste.

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