El Alfiler
Muchas gracias, Gaizka
El entrenador vasco, junto a sus desorientados pupilos, han sido los únicos responsables de una temporada que descansará donde se empezó

Es de bien nacido ser agradecido y a este señor habrá que darle las gracias por salvar una temporada que se iba al precipicio desde la primera jornada. No había que ser un lumbreras para ver lo que se avecinaba desde el pasado verano aunque es verdad que en el club parecen llevar a oscuras desde hace ya más de dos años. Menos mal que Paco López se empeñó en tocar el barro del descenso para que Manuel Vizcaíno diera su brazo a torcer y llamase a un bombero de Bilbao para traer toda la seriedad y la responsabilidad que ha faltado en una nave sin nadie al volante.
Parecía haber llegado con la misma cara de muerto que Pellegrino, pero poco a poco se fue haciendo fuerte y, lo más importante, imprimió carácter y personalidad a un equipo mermado mental y deportivamente. A fuerza de trabajo y de reforzar la portería y la defensa, las dos líneas más vulnerables de una plantilla más que mediocre, el Cádiz CF se fue alejando del peligro hasta conseguir que muchos ingenuos soñasen con un imposible mientras que los realistas veían que, al menos, la cosa no pasaría a mayores. Fue en ese momento en el que Garitano no cuidó, o no quiso cuidar, su mensaje y el equipo se le comenzó a caer. A medida que iba envolviendo sus palabras con referencias al descenso y las taras del equipo fue devorando todos los cimientos que había puesto convirtiéndolos en mantequilla.
Puede que su discurso victimista haya hecho peor de lo que ya era a su equipo, pero es lógico sentirse víctima cuando se está pidiendo algo que no se puede pedir. Es más, conociendo el percal, habrá que ver si esas referencias a las limitaciones de la plantilla no le pasan factura y tan pronto como acabe la temporada Vizcaíno lo sienta en su despacho para poner fin a su contrato.
A pesar de todo, y de este triste y soso final de Liga que se avecina, gracias Gaizka. Muchas gracias porque es más que justo que comience el año que tiene firmado dada la responsabilidad con la que ha obrado en un cometido nada fácil. Además, poco o nada importará quien se siente en el banquillo de Carranza en la 25/26 si no hay una limpia en el vestuario del 80% de lo que hay.