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Vizcaíno llora a Cala

El presidente se rinde en elogios al amigo que cuelga las botas por una lesión que no le ha permitido retirarse como le hubiera gustado

Así estaba la sala de prensa de Carranza en la despedida de Cala. ccf

C. A.

Que Juan Cala vistiese de amarillo en su última etapa como futbolista se debió única y exclusivamente a la amistad que le unía con el presidente del Cádiz CF, Manuel Vizcaíno. Sólo por esa vinculación el de Lebrija dejó la liga china y lo que allí ganaba para rebajarse el sueldo por firmar cinco años con el club de Carranza. De eso, solo los dos primeros fueron fructíferos. Más que fructíferos, el central sevillano fue clave en el ascenso a Primera y la posterior consolidación en la elite en aquel año sin público por culpa de la pandemia, Marcó goles providenciales en Segunda. Ante el Racing en Carranza, en Soria... Marcó goles más que importantes en Primera, ante el Valencia... Y fue el indiscutible de la defensa hasta que su rodilla dijo basta. Se operó a final de la temporada de la pandemia, y con el equipo ya salvado, con la idea de volver como un chaval. Pero ya nada fue igual.

Todos estos méritos que hizo se lo ha agradecido este jueves el artífice de que Cala hay dejado huella en el cadismo. De ahí las lágrimas que Vizcaíno dejó ver en una abarrotada sala de prensa del estadio gaditano. Para despedirlo, el club engalanó la mesa de prensa con un cartel con la imagen del ya exfutbolista y la leyenda siguiente: 'Juan Cala, gracias por todo'.

Entre periodistas y algún que otro aficionado, también estuvo presente la familia de Juan Cala. También se recordó la trayectoria en el Cádiz CF del jugador y se aplicaron imágenes de partidos en los que jugó, como el último en el que defendió la camiseta del equipo gaditano, en el Bernabéu.

Tomó la palabra Vizcaíno, emocionado. «Él estaba ganando mucho dinero y yo le dije que se lo daba pero en cinco años. Fue un paso muy importante y en mi proyecto personal ha sido muy importante la llegada de Cala. Es muy importante porque creyó en mí», comenzó diciendo.

«A Juan lo considero mi amigo, me demostró ser amigo cuando vino bien. Son momentos en los que la persona fluye por encima del dirigente. No me arrepiento de haber llorado», añadió orgulloso de sus lágrimas en público.

Por su parte, el ahora dirigente del Atlético Sanluqueño, club en el que se honra de gestionar las cosas por la manera de verlo en el que es su amigo y ha sido su presidente, correspondió a Vizcaíno diciendo que «he intentado ser siempre una persona honrada y trabajadora, con mejor o peor nivel deportivo, pero dándolo todo en el campo. Gracias a todas las aficiones y en especial a la del Sevilla por donde me criado, la del Getafe porque es como un consagración en mi carrera. Y la del Cádiz porque estaba en un momento complicado de mi vida», dijo Cala.

Eso sí, lamentó lo que más le duele a cualquier futbolista. «Me ha faltado retirarme en el campo y no por una lesión. El objetivo era llegar a Primera y conseguir la permanencia. Estoy seguro de que el Cádiz CF no se va a quedar aquí. Me habría gustado haber disfrutado un poco más de tiempo de jugador» sentenció antes de responder a varias cuestiones, como el desgraciado capítulo en Carranza ante el Valencia.

Y es que ese agrio suceso con Diakhaby le llevó por la calle de la amargura no poco tiempo. El central francés le denunció sin pruebas y la carrera exquisita del cadista podía quedar emborronada de mala manera. Por suerte, justicia o lo que sea, el jugador del Valencia no lo logró. Así lo recordó Cala. «Me reconfortó que una sociedad entera, futbolera, de Cádiz y de Lebrija se volcaron conmigo y con mi familia. Fuimos capaces de darle la vuelta a la situación entre todos. Tengo que darle las gracias a Manolo por cómo manejó los tiempos. Yo llevaba muchos años en el fútbol y era injusto lo que estaba sucediendo».

Para ir acabando, el defensa recordó cuáles eran sus planes nada más firmar con el conjunto gaditano. «Cuando llegué al Cádiz CF tenía claro que quería retirarme aquí y sabía que iba a ser en Primera. Lo habría hecho si la rodilla hubiera aguantado. Esta etapa se cerró hace ya unos días y nunca he sido de lamentar las cosas malas».

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