Cádiz CF

Soluciones donde no hacían tanta falta y más problemas donde ya los había

El arranque liguero deja un sabor agridulce en una afición que ve como el equipo puntúa mucho sin merecerlo tanto

Pelayo no estuvo muy afortunado en su debut como cadista en Anoeta. ccf

A. C.

Cádiz

El arranque liguero cadista solo está maravillando a los aficionados más resultadistas de la parroquia cadista porque al resto de la misma, lo que más está despertándole es el respeto por lo ganado y las preguntas por cómo se está ganando.

A estas alturas, decir que la composición de la plantilla ha quedado desequilibrada es una certeza. Pocos aficionados piensan que hay defensa y portero como para soñar con el ascenso, en cambio, sí que se pueden encontrar a muchos que podrían afirmar que si fuera del centro del campo hacia delante podría conseguirse esos objetivos para lo que el conjunto de la plantilla no está preparado a día de hoy.

Las sensaciones son bien claras porque mientras las estadísticas aúpan a la delantera, entierran a la defensa. Basta ver la efectividad del pasado domingo en San Sebastián, donde se disparó dos veces a puertas y se metieron tres goles para empatar un encuentro en donde el Cádiz CF fue manifiestamente superado. El encuentro ante la Real B fue solo la prolongación de una dinámica que comenzó en la primera jornada, donde el gol de García Pascual sirvió para sumar los tres primeros puntos. El dato global es el siguiente: los de Garitano solo han disparado en los cuatro encuentros que se llevan de Liga en diez ocasiones al marco contrario, convirtiéndose así en el equipo que menos chuta entre los tres palos de la categoría. A pesar de ello, es el cuarto máximo goleador de Segunda con un acierto del 60% de las ocasiones.

Pero si los números aplauden a la efectividad de la parcela ofensiva, destruyen la defensiva. Y es que a los cinco goles que ha encajado en cuatro encuentros hay que sumarle las oportunidades que concede, además de los tres goles anulados a Mirandés, Albacete y Leganés; todos ellos al límite y centros a un área mal defendida por los centrales y el portero Víctor Aznar.

Desequilibrado fondo de armario

Para colmo, el fondo de armario sigue la misma tónica que la del once titular. Es decir, las mejores alternativas provienen de los hombres de ataque mientras que las menos usadas son las de la retaguardia. Por ejemplo, hombres como Efe Aghama y Tabatadze, que ya han causado más que una grata ilusión, vienen a ser opciones más que válidas a los ya contrastados Suso y Ontiveros, que están rindiendo por muy por debajo del nivel que tienen que dar. Además, Brian Ocampo es ese Guadiana que igual aparece que desaparece pero que siempre está a mano del entrenador como posible recurso.

Todo lo contrario está sucediendo con la parte más débil del equipo, la defensa, donde los más asentados no dejan de ser vistos con ciertas sospechas. Iza renovó y es el más veterano de la línea. El portuense es el que tiene más tablas, pero si bien es el que ofrece mayor seguridad, también sufre en demasía cada vez que le toca volver de campo contrario, sobre todo si cuenta con Ocampo o Suso como aliados en la banda. El que más y mejor está sorprendiendo es Kovacevic, un joven central que está demostrando una gran proyección pese al ostracismo que sufrió hace un año por Paco López, que lo hizo ver a ojos del cadismo como un futbolista exento de calidad y tremendamente torpe con el balón en los pies en vista a lo poco o nada que lo utilizó en su pésima etapa como entrenador del Cádiz. Después está Mario Climent, un lateral zurdo que sufre en defensa pero alegra al ataque. Iker Recio, tras no jugar apenas el curso pasado, ha aprovechado la lesión de Fali para hacerse con un puesto de manera temporal. Podría decirse que está a prueba.

Capítulo aparte merecen los suplentes. El que parece contar con más crédito para Garitano es Caicedo, el lateral derecho ecuatoriano que se está sabiendo incrustar en esa línea de tres centrales que diseña Garitano para resguardarse mejor. También ha entrado con buen pie Pelayo, que con apenas un par de días de entrenamiento fue el elegido por el entrenador para suplir a Kovacevic en Anoeta. Sin embargo, su debut no fue del todo prometedor a pesar de salir liderando el eje de la defensa de cinco con la que el Cádiz CF saltó al verde de Anoeta. El defensa cedido por el Rayo pecó de inexperto y blando en varias acciones de las que ha debido aprender. Y si Kovacevic fue el ninguneado el año pasado por Paco López, ese papel le ha tocado a Jorge More, un central que ya en verano llegó bajo sospecha al proceder de un equipo como el Cartagena, hoy en Primera RFEF tras su humillante año pasado en Segunda. A la sombra de Climent aparece el canterano Pereira, todo un melón por descubrir.

Y de un melón a otro, pero este bajo palos. Porque, como quien dice, Víctor Aznar está estrenándose en el fútbol profesional y lo está haciendo, como suele ocurrir con cualquier inexperto, con más sombras que luces. No hay partido en el que el ítalo-brasileño no mida mal una salida o cometa algún error táctico y eso, sin duda, lo nota una defensa que ya es de por sí blandita. Es titular, se supone, debido al proceso de recuperación por el que pasa David Gil, operado de rodilla en mayo pasado. Como Aznar, el meta getafense también ascendió al primero equipo procedente del Cádiz CF B y, como su compañero, tampoco es que ofrezca esa garantía que en su tiempo ofrecieron sus excompañeros Alberto Cifuentes y Conan Ledesma.

Esto acaba de empezar e igual la evolución de unos coincide con el retroceso de otros, no obstante, lo que sí parece claro es que a Garitano le salen más soluciones donde ya tenía y, de momento, más problemas donde ya los había.

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