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La sala de máquinas pide relevos
El lógico bajón de rendimiento de Alcaraz por el desgaste de todo un año dando la cara pide a gritos un paso al frente de Escalante y Álex Fernández
Confiar en lo que no parece estar es confiado, pero más aún lo es confiar en la permanencia y no queda otro remedio que hacerlo. Entre otras cosas, porque si se consigue lo segundo será, seguramente, porque se ha logrado lo primero. Todo esto debe pensar la afición de un Cádiz CF que se resiste a olvidarse de jugadores que fueron parte importante en los logros que ha conseguido este equipo a lo largo de estos años en Primera y que ahora, por lo que sea, se encuentran muy lejos de la forma física y técnica que demostraron antaño.
Se ha escrito y dicho hasta la saciedad durante la mala temporada que está escribiendo el Cádiz CF que de este equipo se salvan apenas dos o tres jugadores. Pues bien, si hay que salvar de la quema a alguien ese no es otro que Rubén Alcaraz, un jugador que llegó hace dos campañas del Valladolid de Segunda y que desde la sala de máquinas construyó, en ayuda de su compañero Fede San Emeterio, la obra que diseñó Sergio González para mantener al equipo durante dos años seguidos en la máxima categoría del fútbol español.
Dicho eso, toda esa estructura, ese armazón se ha ido desgastando con el paso del tiempo hasta quedarse básicamente en los huesos. Y para representar ese derrumbe nadie mejor que el obrero que levantó la bandera hace dos años y que ahora pervive en una demarcación en la que se ha quedado prácticamente solo durante todo el año y con la bandera hecha trizas.
Alcaraz da muestras de debilitamiento lógico. Se ha echado a este mal equipo a sus espaldas durante todo el curso y eso está pasando factura en el peor momento de la temporada. Su mal encuentro en Anoeta es todo un ejemplo del momento anímico y físico que debe estar aguantando n futbolista que se lo ha dejado todo en el campo pero al que el cuerpo parece estar pidiéndole un descanso. Sus errores de cálculo en la entrega o sus numerosas tarjetas amarillas vistas en las segundas partes por llegar tarde es todo un síntoma de lo que debe estar ocurriendo.
Sin embargo, a pesar de que el tono físico del jugador catalán ha ido menguando jornada a jornada, tanto Sergio González antes como Mauricio Pellegrino ahora no han tenido más remedio que mantenerlo en el once titular visto lo visto. Alcaraz no ha tenido y prácticamente no tiene competencia en su posición. Y no por ausencia, 'haberlos haylos', sino porque sus compañeros han estado prácticamente ausentes durante todo el año pese a que, a excepción de San Emeterio, apenas haya habido casos de lesiones en esta sección del equipo.
La temporada se planteaba bien al comienzo de la temporada con un San Emeterio que incluso se permitió el lujo de marcar el primer gol de la temporada en Carranza para darle los tres puntos al equipo en la jornada inaugural liguera frente al Alavés. Pero duró poco la alegría ya que a las pocas jornadas el centrocampista cántabro recaía de unas molestias en su rodilla que le mermaron buena parte de una primera vuelta a la que una rotura de menisco le dio la puntilla para quedar definitivamente fuera de combate.
Se confiaba en Gonzalo Escalante, todo un 'kaiser' el curso pasado y crucial para conseguir la permanencia, pero el argentino comenzó con molestias la temporada y nunca ha sido el que fue a pesar de haber superados dichas dolencias. Mental o no, el problema de Escalante ha pesado mucho para que el cadismo este contando lo que está viendo este año.
Y si de más a menos ha ido Escalante este año, lo mismo se puede decir de Álex Fernández, un jugador que con el paso de los años se ha ido viniendo abajo en una categoría que se le ha ido haciendo cada vez más grande a pesar de que nunca le ha perdido la cara. El madrileño sigue contando en los planes de Pellegrino, pero su intermitencia e irregularidad es una tara para un equipo tan desequilibrado como el amarillo.
Mayores esperanzas muestras un anárquico Kouamé, que en estos momentos representa la solución más a mano para que Pellegrino resuelva los problemas y la inestabilidad en el centro del campo. El jugador africano puede decirse que es titular en la actualidad pese a que tampoco ha demostrado mucho.
No hay que olvidar que esta temporada se abrió con otro mediocentro en nómina como el capitán José Mari, al que aún le resta un año más de contrato por obra y gracia de Manuel Vizcaíno, que no dudó en renovarlo cayó lesionado la temporada pasada en Mestalla de una lesión que le ha apartado este año de la competición.
El mercado de invierno, ya con Pellegrino en el banquillo, vino con Samassekou, internacional con Mali por delante de Kouamé. Curioso esto. Pues bien, de momento su aparición se ha visto reducida a algunos minutos en las segundas partes. Eso sí, su llegada ha sido beneficiosa para el rendimiento y la adaptación de un jugador tan especial como Kouamé.
Así están las cosas en la sala de máquinas con nueve jornadas por delante y el titular dando muestras de agotamiento. Alcaraz necesita un relevo cuanto antes y guste o no, tanto Álex Fernández como Gonzalo Escalante están obligados a dar ese paso adelante para sostener a Kouamé y a Alcaraz el tiempo que esté al cien por cien.
La salud de este Cádiz CF reside en una sala de máquinas donde el rendimiento no ha sido el esperado para lamento de una directiva que se confió demasiado en jugadores que comenzaron la temporada lastrados por unas molestias que acabaron dando la cara en el caso de José Mari, Escalante y San Emeterio y en la calidad de apuestas para el futuro como los dos jugadores malienses. Pues bien, con milagro o sin él, todos los que están en activo deben activarse por el bien de ellos mismos primero y también del equipo, después. No queda otra porque Alcaraz necesita un respiro o, cuanto menos, mejor compañía.
