El regreso de un denostado

El Cádiz CF acaba de recibir un doloroso 4-0 en el Colombino ante el Recreativo de Huelva. Era la sexta jornada del campeonato de liga de la Segunda B del Grupo IV de la temporada 95/96 y en el banquillo amarillo se sentaba Paco Chaparro. Las cinco anteriores tampoco habían ido muy bien ya que se debutó en Carranza con 1-2 ante el Málaga. A ese derbi le siguió otro, pero en Jaén, donde se perdía también 2-1. Y a ese otro, este en Carranza de nuevo y ante el filial del Sevilla, que ganaba 0-1. Mismo resultado que repitió, perdiendo también, ante el desaparecido Polideportivo Almería. En la quinta, y en casa ante el Novelda, llegó la primera y sufrida victoria por 1-0. Como se vio solo una semana después, no era tal la reacción porque el Recre se lo explicaba de maravilla al hundido equipo amarillo, que salía goleado de la casa del Decano.

A la vuelta, para colmo, y según directivos presentes en aquel desplazamiento, se paró en un bar de carretera para descanso del chófer. El cabreo en el club por el momento del equipo era tremendo y, para más inri, en una de las mesas donde estaban sentados los jugadores se escucharon risas. Era la gota que colmó el vaso de la paciencia de los presentes. Al día siguiente habría despidos, pero no del entrenador, que llegaría dos semanas después, sino de jugadores. En concreto, cinco. Uno de ellos se sienta este viernes en el banquillo visitante de Carranza.

El entonces presidente en funciones, Antonio Muñoz, decidía expulsar por «bajo rendimiento» a los jugadores Zapatera, Ortíz, Pino, Rafa Bono y Asier Garitano, que la temporada anterior había sido el máximo artillero del cuadro gaditano, la segunda en la categoría de bronce tras el descenso de Segunda en la 93/94.

Los cincos denunciaron ante la AFE y reclamaron a la justicia una indemnización global que se acercaba a los 450 millones de pesetas. Ortiz y Pino retiraron sus demandas de inmediato para firmar por el Gavá, pero los tres restantes esperaron la sentencia, que les dio la razón, si bien lo que consiguieron fue cerca de siete millones entre todos.

Aquel Cádiz acabó en manos de Chico Linares en la novena jornada y con el gaditano se enderezó la nave aunque no lo suficiente para alcanzar la liguilla de ascenso al quedarse clasificado en sexto lugar.

A pesar de su triste final, Asier Garitano no guarda rencor alguno a Cádiz. De hecho, este jueves fue preguntado por su etapa en el sur y su respuesta fue la siguiente: «Es una ciudad muy pasional, parecido al Sporting y Gijón; siempre es una alegría ir a los sitios donde has estado», dice con cariño un jugador denostado y ya ¿perdonado?