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Cádiz CF

Un primer Cádiz sin Bilba

Brigadas Amarillas recuerda a uno de sus fundadores e imagen viva de la mítica grada de fondo sur que se enfrentó a Ultra Sur en vivo, en directo y en gaditano

Juan Carlos Bilba, mítico brigada amarilla de los años 80, 90. X

A. C.

Cádiz

Vivía desde hace algún tiempo alejado de esas gradas donde se consagró como personaje legendario de un cadismo que guarda en sus recuerdos tantas y tantas imágenes imborrables de un fondo sur inundado de banderas y pancartas ochenteras y que solo veían la luz una vez pasados los primeros diez minutos de partido y tras salida del túnel de vestuarios del equipo amarillo, algo que se celebraba como nunca se ha llegado a celebrar. El humo de las bengalas, los papelillos y los cánticos que brotaban de aquel pequeño sector del estadio Carranza venían a imponer lo mismo que dos o tres legiones romanas.

En efecto, eran otros años. Más chuscos, más peligrosos, más canallas, en definitiva, muchísimos mejores. Brigadas Amarillas se fundó como respuesta al movimiento 'hooligan' exportado del Mundial de España 82, donde los seguidores británicos vestían las gradas de cada estadio como solo ellos saben hacerlo. Esa magia, ese movimiento ultra muy pronto se extendió por los campos españoles, llegando su eco a Cádiz en el año 1982, si bien antes, no pocos jóvenes cadistas ya acudían con sus banderas para situarse bajo la torre olímpica de preferencia en los años 70.

Pero no fue hasta ese verano del 82 que Brigadas Amarillas no coge cuerpo y cuelga su mítica bandera con la franja de la bandera andaluza en su borde inferior y lo hace de la mano de reconocidos cadistas como el fundador Migue (el loco), que con Juan García (Juan sin frío), los hermanos Fontao (hijos de la señora que cosió la mítica bandera representativa del colectivo), Angelito, Molina, Robe, Jero, Washy y, como no, el gran Juan Carlos Bilba hacen de Brigadas Amarillas toda un fenómeno en el fútbol nacional. Y Bilba no era ni más ni menos que una de esas caras visibles de aquellas Brigadas los exitosos años 80. Y primeros de los 90.

Fue, precisamente, Bilba uno de los componentes que acudió en representación de Brigadas Amarillas a los incipientes estudios de Antena 3 TV para participar en un debate moderado por Mercedes Milá con más grupos ultras entre los que se encontraban Boixos Nois, Riazor Blues, Frente Atlético o Ultra Sur, con los que precisamente los cadistas protagonizaron una fuerte discusión que acabó con la expulsión de los hinchas blancos, que no llevaron muy bien la apreciación del cadista Juan García cuando les recriminó su racismo cuestionándoles cómo podían hacer del británico Cunningham uno de sus ídolos dado el color de si piel. La respuesta de los miembros de Ultra Sur presentes en el programa fueron patadas al inmueble así como la voladura de unas cuantas sillas que fueron recogidas por el sonido de un programa en donde también se encontraban los presidentes del Atlético, Jesús Gil, y del Deportivo, Augusto César Lendoiro.

Bilba no se quedó callado tampoco. De hecho, fue el que calentó el panorama con sabias palabras. «Hay muchos grupos ultras que van de moda, de neonazi; y van de moda, por eso, porque hay infiltrados que se aprovechan de la gente joven imponiéndoles sus ideas porque en otros sitios no les harían caso». El cadista, con su carismático gorrito invernal amarillo y azul calado en la cabeza, no hizo más que exponer una opinión que fue aplaudida por los espectadores para escarnio de unos ultras blancos que comenzaron a perder los pocos papeles que tenían.

Y es que a pesar de que el Cádiz CF era uno de los clubes humildes de Primera y que siempre andaba por la zona baja de la tabla, el club contaba con un grupo ultra de reconocida importancia en un país en el que los grupos de tiffosi comenzaban a proliferar a granel. De eso ya ha pasado más de cuarenta años y Brigadas se mantiene como uno de los primeros.

Juan Carlos Bilba era una de las almas máter de aquellas conocidas Brigadas Amarillas que mantuvieron sus más y sus menos con el Frente Bokerón del Málaga, Biris del Sevilla o Supporters Gol Sur del Betis. Ya sea con el bombo, una litrona, un megáfono o lo que fuera en la mano, este seguidor cadista era uno de los motores de un colectivo que cada dos semanas, y coincidiendo con los partidos en casa, imprimía el mítico BOIBB (Boletín Informativo de Brigadas Amarillas), que consistía en varios A4 a blanco y negro grapados con unas 16 carillas aproximadamente en las que se ponía al día a los socios y aficionados en general de las actividades semanales de la peña, crónicas de los desplazamientos, chistes y paranoias de cualquier tipo, firmas con marcado carácter obrero y sindicalista a imagen y semejanza del histórico grupo de animación. Un cajón de sastre magnífico para pasar la previa de cualquier encuentro en aquel mítico viejo Carranza.

Se acaba de ir uno de ellos, otro por desgracia. Con el paso del tiempo, Bilba, de profesión cocinero, vivió unos años en Londres alejándose de su querido fondo sur, pero no del Cádiz. Se trataba, igual que una leyenda urbana, como si todo un estandarte cadista se paseara por Londres al igual que lo hizo por miles y miles de kilómetros en lo alto de un autobús siguiendo donde fuera a su Cádiz. Eran tantas sus hazañas que hubo quienes, en algunos de esos desplazamientos, lo vieron conducir el propio autobús o asomarse por el arcén a lomos de una vespino que había aparecido en una gasolinera cerca de Despeñaperros. A saber.

Mucho ha llovido ya de aquellos nostálgicos años 80 y 90 en los que Bilba y sus amigos animaban el cotarro en un fondo sur que pasará a la historia con todos y cada uno de aquellos que le dotaron de vida cuando el equipo amarillo daba no pocas alegrías trufadas con algunas que otras tragedias. Este domingo, ante el Mirandés, será la primera vez que Bilba no preguntará por el resultado de un equipo al que le dio la vida de tantas y tantas formas.

Descanse en paz.

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