¿Se pensó Vizcaíno destituir a Pellegrino tras empatar contra el Mallorca?

La desidia de una grada desilusionada, los pocos pitos que se oían ahogados por el rescate de una megafonía soporífera y ruidosa y la falta de esperanza que se vivió en el estadio Carranza justo cuando finalizó el encuentro contra el Mallorca podrían haber motivado que el presidente del Cádiz CF hubiera organizado un rápido gabinete de crisis con sus hombres de confianza para analizar la situación en su despacho y, quien sabe, decidir que la etapa de Mauricio Pellegrino en el club había llegado a su fin. Pero no. Todo siguió igual y como asegura El Desmarque, el entrenador sudamericano cuenta con toda la confianza de Manuel Vizcaíno para terminar lo que resta de temporada pase lo que pase en los cinco encuentros restantes.

Y, en efecto, a pesar del bajo rendimiento del equipo de Pellegrino, no parece que el empresario sevillano se haya pensado mucho la continuidad o no del argentino, ese que llegó tras la negativa de hasta cinco entrenadores. Aconsejado por Juanjo Lorenzo, Vizcaíno no tuvo otra que hacer un relevo en el banquillo tras ver como con Sergio ya se tiraban directamente los partidos a la basura mientras se intentaba negociar con Diego Martínez, Guille Abascal, Berizzo, Machín y Rubi.

Pero no. No habrá una nueva vuelta de tuerca en el banquillo y todo indica que la parsimonia, la calma y la tranquilidad seguirán reinando en el vestuario cadista de manos de un Mauricio Pellegrino que no ha conseguido reactivar al equipo en ningún momento.

Una de las razones para saber que bajo ningún concepto iba a destituir a un entrenador con quien la grada apenas ha empatizado, tampoco le ha criticado en exceso, fue ver salir del estadio en coche a Manuel Vizcaíno apenas media hora después del silbato final. A diferencia de la goleada en Carranza del Valencia (1-4), donde Vizcaíno se quedó en el interior del estadio varias horas para analizar el momento, este pasado domingo la celeridad y rapidez con la que salía el mandatario amarillo no daba a entender que la situación podría cambiar de una manera drástica.