La cita comenzó puntual. Era a las doce y media de la mañana en los bajos de tribuna y sobre esa hora comenzaron los cánticos en contra de la gestión de la directiva presidida por Manuel Vizcaíno, al que los convocantes desearon cuanto antes que se regrese a Sevilla; a Rafael Contreras, más de lo mismo e incluso hubo críticas para los jugadores, a los que se les mandó el mensaje de que no sienten los colores.
La concentración estuvo en todo momento controlada bajo la atenta mirada de policías a caballo, que no tuvieron que intervenir durante una protesta en la que se encendió alguna que otra bengala.
Dentro de las protestas convocada por Brigadas Amarillas y secundada por la plataforma Alma Cadista, se reprochó a los dirigentes cadistas que no se viera sobre el terreno de juego lo millones que han entrada en las arcas del club durante los últimos años en Primera.
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