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El Alfiler

Parece que ya ha visto la hora

Pausado discurso de un presidente al que, entre líneas, se le puede leer algo de esa autocrítica que nunca ha reconocido y ya parece percatarse del repetido error

Alfonso Carbonell

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En un tono pausado, conciliador y empático por momentos con la prensa presente. Así ha comparecido este final de mayo Manuel Vizcaíno para hacer balance de la que ha sido la peor temporada con él al frente desde que llegó hace ya más de diez años, «la segunda mejor racha en el fútbol profesional del Cádiz CF en toda su historia», ha dicho. De hecho, no hay rueda de prensa en la que no saque pecho cuando hay veces que es mejor esconderlo porque desde la humildad, si se tiene que pedir perdón, se conecta más. Por sacar pecho, se lo ha sacado hasta a la afición del Betis, a la que le ha recordado como clamó contra su directiva -la que esta noche le ha llevado a la final de la Intertoto- hace años por su eliminación copera al perder 3-5 contra un Cádiz de Álvaro Cervera que desarboló al de Quique Setién. Vizcaíno es así como dirigente y no cambiará, aunque debería, sino por su bien, por el del cadismo. «Voy a seguir sin arrugarme; hay gente que ha vivido de los escombros de este club», llegó a decir sobre personas a las que él mismo se los entregó para que le allanaran su camino en la entidad que él ha hecho suya combate a combate hasta crear un ambiente de guerra civil en la afición.

Su cruzada la tiene contra los insultos que recibe, y también contra «los mercenarios de la información» que tanto ruido hacen dentro de un ecosistema que ha terminado controlando de pies a cabeza tras una década de 'ordeno y mando'. En términos generales, el empresario sevillano parece más cercano y menos combativo con una prensa amable que se ha ido adormeciendo junto el resto de la afición. Está por ver si este talante de mano tendida mostrado hoy lo mantiene de ahora en adelante y en un verano que se plantea complicado en los despachos de la Plaza de Madrid.

Pero vayamos a lo más positivo de la rueda de prensa del mandatario amarillo. Parece que por fin se ha cansado de esperar lo que solo sus palmeros y él podían esperar. Su equipo, sus jugadores, esos a los que tanto ha mimado desde la última permanencia en Primera, deben formar parte del pasado de manera ipso facto. Y todo indica en que lo van a ser a pesar de que hay que deshacer contratos a espuertas. «La decepción personal con algunos jugadores ha sido poca, pero profesional ha sido con muchos que no han dado la talla». Presidente, bienvenido al relato que se negó a leer desde que le impuso a Sergio dos bultos sospechosos como Negredo y José Mari. Y así, con todo y con todos. Con Mauricio Pellegrino, con Paco López y con Gaizka Garitano.

Le aplaudo también otra afirmación que vale para que le reconozca que no ha leído todo tan mal en sus decisiones. Efectivamente, y así lo he dejado escrito en no pocas ocasiones, ir a la guerra (del 'play off') con un ejército derrotado -y que debe ser finiquitado este verano- era un 'pa na', es decir, un tiro en el pie que no conduciría más que a seguir yendo a la deriva. Con astucia, y con racanería responsable, abrió las puertas a los que sobraban y trajo hambre de Antequera y Mérida. Y, por supuesto, no se volvió loco pidiendo lo imposible a un tipo serio, responsable y al que no le ha dado más armas que las convenientes para que el incendio no fuera a mayores.

Gracias a un descenso y un año horrible en Segunda, parece haberse percatado que su querida plantilla bajó por méritos más que propios y que no servía ni para estar escondida en Segunda. Le queda un verano de rescisiones de lo más divertido, algo que se negó siquiera a intuir el año pasado rodeado de empleados que difícilmente le llevarán la contraria. Suerte este verano porque será la de todos los cadistas de buena, regular o mala voluntad. Y acuérdese que un líder debe mirar más por la unidad de todos, incluso los adversarios, que por solo dejarse llevar por los aplausos de los más cercanos.

Parece que ya es la hora y parece, esta vez, que lo dice en serio. Sería bueno que este «cambio radical» sobre la plantilla no se quede en la «revolución» que dijo iba a hacer hace justo ahora un año. Lo dicho, tienda más la mano y no la use solo para abrir zanjas donde meter a los más descarriados porque usted, como yo, sabemos que no son pocos.

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