cádiz cf

Cuanto mejor, peor

Sergio sufre su temporada más negra coincidiendo con la idea generalizada que es el año que más calidad y equilibrio tiene una plantilla que no está dando la cara

Sergio, en un entrenamiento. ccf

Alfonso Carbonell

La temporada traía curvas oscuras y escondidas y el primero en verlas fue el conductor, Sergio González. Bueno, más que verlas, las comenzó a notar, a sufrir, a no esquivarlas pese que la expedición permanecía tranquila en sus asientos a sabiendas (equivocadamente) que el autobús era de toda fiabilidad dado la versatilidad que se había vendido de un producto que todos pensaban eficiente salvo el que más lo iba a utilizar, el entrenador.

Ya desde el comienzo de sus comparecencias en Liga, a Sergio se le notaba algo incómodo con la aprobación generalizada que había hecho la afición en torno a la confección de una plantilla a la que se bautizó en no pocos medios como la mejor del Cádiz CF en Primera en toda su historia. Que si la más completa, que si la que contaba con más calidad, que si esto, que si lo otro. Todo eran parabienes para un presidente que como no podía hacer de otro modo grabó a fuego todas esas críticas y alabanzas para recordar a los pocos meses a propios y extraños el buen trabajo que, esta vez sí, se había hecho durante el mercado de verano.

A estas felicitaciones por el trabajo 'redondo' que se hizo desde las responsabilidades deportivas, se le sumó un gran arranque liguero que significó que el equipo se fuera al primer parón liguero a comienzos de septiembre en puestos de Europa League. Bajo un juego serio, pero aburrido, los hombres de Sergio sumaron siete puntos en las cuatro primeras jornadas de Liga tras ganar en Carranza al Alavés y Villarreal y, empatar contra el Almería y con un más que digno papel con derrota en casa del FC Barcelona. Ahí, ese 1 de septiembre en el que Machis jugaba su único buen partido de amarillo, se acabó lo bueno.

No obstante, esa caída en barrena no dio la cara de manera notable hasta primeros de noviembre en los que los de Sergio perdieron el partido y casi todo el decoro al caer 1-0 en Getafe con un futbolista más durante toda la segunda parte. Atrás quedaban la tranquilidad en la tabla, que ya apretaba, la confianza en la plantilla y el crédito del entrenador. La tormenta estaba servida hasta terminar dos meses después en el huracán de Granada.

Entre medias, y a favor de Sergio, llegaron lesiones importantes en jugadores claves y, más a favor aún del debilitado entrenador catalán, las ausencias significativas de jugadores que debían marcar las diferencias como Machis, Maxi Gómez, Escalante, Robert Navarro y tantos otros que no contaron con la aprobación entera de Sergio. Ahora sí podía entenderse como ese rostro dubitativo que dejaba ver en sus ruedas de prensa conducía al pensamiento de que para él a esa plantilla 'tan completa' para todos para él no lo era tanto. Eso sí, ni una queja en boca de un técnico con el que el presidente está encantado a diferencia del trato hostil que mantuvo con Álvaro Cervera.

Hasta esta temporada, a Sergio se le aplaudido, y con razón, por el rendimiento que le había sacado a dos plantillas que no tuvieron el respaldo público que sí ha tenido esta. Por eso mismo, la sensación en el arranque liguero de la presente campaña era que al entrenador se le iba a exigir muchísimo más que en las dos anteriores temporadas, donde el mercado de invierno vino a salvar el mal trabajo hecho en verano. Pero este año está ocurriendo justo lo contrario a pesar de que Sergio no piense de la misma manera. En el sentir general del aficionado se instaló una idea encaminada a que este año el objetivo era no salvarse en la última jornada como pasó en las dos anteriores ejercicios. Una idea que se perpetuó más aún viendo el buen inicio de competición que hizo a más de uno soñar con la palabra Europa.

Sin embargo, la realidad comenzó a imponerse con saña sobre un equipo que se ha ido destruyendo jornada a jornada hasta llevarlo a puestos de descenso en una competición que de mediocre que es ha dejado aún con vida a un Cádiz CF con todo por delante para remediar el fracaso.

Cuanto peor (plantilla), mejor lo hizo Sergio, que conquistó dos permanencias históricas con un juego más que aceptable aunque de más a menos. Y en cambio, este año va a ser que cuanto mejor (plantilla), peor. Es decir, cuando más argumentos hay sobre la mesa para hacer algo más que salvarse, el trabajo de Sergio se está poniendo más en entredicho.

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