Cádiz CF
Sergio toma mando en plaza
El entrenador de Hospitalet gana créditos para convertirse, ya sí, en un entrenador de club con voz y algo más de voto
El Cádiz CF es un club presidencialista . Esto se sabe aquí y hasta en Sebastopol. Manuel Vizcaíno es el que parte el bacalao para todo y la verdad es que no le ha ido nada mal. Son muchos los clubes que ponen todo al servicio del entrenador de marras y pasadas unas semanas el creador de todo es despedido por los malos resultados. Porque esto es fútbol y ya se sabe que si la pelotita no entra, el entrenador de turno va a la calle.
Es por ello que nadie mejor que Vizcaíno para preocuparse por el presente y el futuro de la entidad. Esto lo han entendido todos los entrenadores que han pasado por el banquillo local de Carranza y aunque solo tuvo fuertes tiranteces con Álvaro Cervera, lo cierto es que no solo no le ha ido mal el club, sino que los beneficiados de este modelo han sido los jugadores, los propios entrenadores y hasta los aficionados, que son los que se van a por una cuarta temporada consecutiva en la máxima categoría. No está nada mal para un presidente que nunca se ha vestido de corto.
Dicho todo eso, hay entrenadores con más o menos peso. Sobra decir que a más años, más poder de decisión. Eso sí, si así lo quiere y lo permite el gran mandamás. La relación de Vizcaíno con todos los entrenadores que ha tenido ha sido muy buena si se exceptúa al verso suelto que supone Cervera, al que tampoco le importaba demasiado el equipo que iba a tener porque a él, mientras le corriesen, le valía. Sólo hay que ver como el actual entrenador del Oviedo logró la mejor clasificación histórica del Cádiz CF en Primera con una plantilla en la que aparecían futbolistas de la talla de Malbasic, Jairo Izquierdo, Pombo, Bodiger, Marcos Mauro, Álvaro Giménez y tanto otros que desde entonces ni se han asomado otra vez por la Primera División.
A Cervera lo aguantó Vizcaíno por los resultados que le daba y por la figura idolatrada que el de Guinea ejercía en la grada . Pero el equipo se hundía ya en Primera y el presidente dio uno de esos volantazos técnicos que tan bien se le dan con el que es capaz de enderezar el rumbo. Sentenció a Cervera y trajo a Sergio, entonces en el paro tras su descenso a Segunda con el mismo Valladolid al que ascendió. Al de Hospitalet lo puso a trabajar y además le dio un empujón importante con los fichajes de los San Emeterio, Alcaraz, Luis Hernández, Idrissi y Lucas Pérez. El Cádiz CF resucitó gracias a esos esfuerzos y, como no, a la mano de un entrenador qe se ganaba el respeto de su presidente pero no del todo su confianza a la hora de confeccionar la futura plantilla.
Y así ocurrió lo que ocurrió. Sergio apretó lo que pudo en el verano pasado pero su poder de convicción en la plaza noble del club llegaba hasta donde llegaba. Que no era mucho . Al de Hospitalet solo se le aceptó la llegada de Bongonda, un fichaje que por otro lado era una oportunidad de mercado que se dio. Quiso a varios (Muriqi, Luis Rioja y muchos más que no se conocieron), pero el que llevaba la voz cantante era Vizcaíno, que conocedor del mercado sabía que su presupuesto había amortizarlo. Lo explicó muy bien la semana pasada. «Podríamos haber fichado a Muriqi, pero era una apuesta. Puede que me equivocase, pero no me gusta poner todos los huevos en una cesta; prefiero repartirlo en dos», comentó para argumentar el por qué de la llegada de Ocampo y Bongonda y no la del delantero kosovar que ahora triunfa en Mallorca. Son formas de verlo.
Además, a Sergio se le ha impuesto ya dos renovaciones de jugadores que ya este año no han contado con muchos minutos. Son los conocidos compromisos del presidente que tanto incendiaban a Cervera, que tuvo que comerse otras similares en su etapa; la más sangrante, la de Nano Mesa. El presidente, lo admite y hasta, a su manera, se disculpa con su entrenador no sin dejar de pensar lo que piensa. «José Mari y Negredo son renovaciones del club, no del entrenador. He hecho otras que han salido muy bien y aunque estos refuerzos no se los cuento a Sergio, entiendo que son importantes para el vestuario porque ambos aportan», dijo también la semana pasada.
No ha sido fácil la renovación de Sergio. Ha sido tan compleja que hasta pudieron a llegar a descarrilar, pero siempre pudo más las ganas de ambas partes por seguir de la manos que las de discrepar. Dos semanas después de la permanencia Sergio no había sellado su compromiso con un club que ya el año pasado le renovaba automáticamente solo por un año después de demostrar su valía como técnico. Esta vez han sido dos temporadas y Vizcaíno le ha prometido incrementarle el nivel del grupo , limpiarlo de jugadores que ya se han caído por su propio peso este curso y traerla lo más rápido que pueda esos que deben marcar las diferencias.
Sergio se ha visto con la fuerza que ha ganado y esta vez sí se ha medido a su jefe de igual a igual. Sobra decir que lo mejor para Sergio será lo mejor para el Cádiz CF y por ende para su presidente, pero algo ha cambiado estas semanas. Sergio ya es el entrenador para los próximos dos años. Puede decirse que el de Hospitalet riega ya un proyecto, un estilo, un equipo, una plantilla con la que el cadista sabe hacia donde va dirigirse. Y eso, para todos, si no es bueno, sí al menos es lo más recomendable para remar hacia la misma dirección.
Llevaba razón también Vizcaíno cuando comentaba los motivos del pr qué de tanta tardanza en la renovación. «Me gusta perdernos en discusiones ahora; discutir todo lo que sea ahora y dejarlo claro para que durante la temporada no vengan problemas que no hemos hablado ya» . Otra cosa no, pero el sevillano entiende de este negocio y lo quiere tener todo atado y muy atado antes de que la montaña rusa comience a funcionar un año más.
Pasado un año y medio de su llegada, Sergio por fin se ve ya con mando en plaza. Se lo ganado. Dos permanencias en Primera y un juego reconocible y ambicioso le han dado el crédito necesario para que su presidente se lo dé.
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