Mágico González Cádiz CF

El fichaje del Mago, todo un acierto a pesar del desolador Mundial'82 que perpetró su Federación contra su propia selección

El combinado centroamericano debutó encajando un doloroso 10-1 debido a las inclemencias vividas los días anteriores

Pegatina Panini en la que aparecía el Mago junto a su compañero Escamilla en un álbum donde este tipo de selecciones cenicientas sólo iban en una página.

C. A.

Cuarenta años hace del debut de Mágico González con el Cádiz CF. Su fichaje, que se fraguó tras el Mundial de España 82, fue todo un acierto de la directiva entonces presidida por Irigoyen. El mito cadista destacó en un Mundial en el que la Federación de su paóis maltrató a su propia selección mientras los directivos pasaban un mes de categoría por España acompañados de sus familias mientras que González (entonces nadie le llamaba Mágico), La chelona Rodríguez y compañía llegaban en las peores condiciones posibles a su estreno mundialista, que resultó ser un sonoro fracaso al perder 10-1 contra Hungría.

Basta comprobar los dos siguientes encuentros para ver cómo el combinado salvadoreño se repuso pero ya fue tarde. Les quedaba jugar contra Bélgica y Argentina, que había jugado el partido inaugural dando la sorpresa en el Nou Camp los diablos rojos al vencer 1-0, mismo resultado que repitieron ante el once de Mágico. Ya en el último encuentro, ante la campeona Argentina, El Salvador volvió a vender cara su piel cayendo 2-0 ante el equipo de un incipiente pero maravilloso ya Diego Armando Maradona .

Las razones del doloroso resultado inicial de El Salvador se encuentran en agentes externos. De entrada, el país salvadoreño estaba azotado por una cruenta guerra civil y los problemas económicos, además de la corrupción en la Federación, no tardaron en aflorar. Para empezar los internacionales de la Selecta sufrieron un viaje tortuoso a España, donde llegaron tres días antes del debut y sin balones para entrenar. El hotel donde se quedaron era un hostal de mala muerte y entre el cansancio por el viaje y la falta de material para entrenar, los días previos al estreno mundialista fueron una odisea para un equipo que recibiría los balones proporcionados por la selección magiar para poder entrenar aunque fuera.

El tema deportivo tampoco funcionó. El grupo era fuerte (Argentina, vigente campeoan del mundo; Bélgica, subcampeones de Europa; y Hungría) . Todas las esperanzas estaban en comenzar bien ante los húngaron pero fue el peor partido preparado ya que una noche antes del encuentro fue la única vez en la que estudiaron a sus rivales gracias u un vídeo que consiguieron. Para colmo, la falta de entendimiento con el seleccionador, Mauricio 'Pipo' Rodríguez, exmundialista en México 70, donde El Salvador también fue el peor seleccionado, hizo el resto para que Hungría golease sin consuelo a los latinoamericanos. El técnico ordenó salir al ataque de manera indiscriminada y la defensa se convirtió en un desierto. Tanto hizo daño ese resultado que el vestuario s eamotinó y para los siguientes dos encuentros serían los propios jugadores los que decidirían la táctica a emplear.

Sin embargo, puede que ese paso tan negativo de El Salvador por el Mundial de España fuera el mejor aliado para que un humilde Cádiz CF se pudiera llevar al que más tarde sería considerado el mejor edl mundo de boca del número 1, el malogrado Maradona.

Las negociaciones se llevaron a cabo durante todo un mes llegando a firmase un precontrato en Madrid antes de que finalmente Jorge Mágico González llegase a Cádiz. En un principio, y como hace unos años desvelaba el hijo de Jaime La chelona Rodríguez, el Mago iba a venir acompañado por su compatriota, que finalmente no firmó con el Cádiz CF. «Cuando terminó la Copa del Mundo de España 82 mi papá y Mágico a la semana del último partido contra Argentina, se fueron por tierra a Cádiz con Mario Rey y Carlos Jurado (exjugador del Hércules de España) a firmar los contratos que les ligaría al equipo», manifestaba Kevin Rodríguez, ahora periodista.

Según Rodríguez, ambos jugadores firmaron el 1 de julio 1982 con el Cádiz CF pero en el contrato de La Chelona, había una cláusula adicional que decía: «Como aclaración al punto sexto de este documento, la carta de libertad que el jugador deberá aportar es la de su actual club de Alemania visada por la Federación de ese país». Y es que en ese momento, Jaime Rodríguez era jugador del club alemán Bayer Uerdingen (conocido como el KFC Uerdingen 05), que no lo quiso soltar.

Pero quien sí vino fue el Mago, que ahora disfruta estos días en una tierra que le acogió con los brazos abiertos después de verse maltratado por una Federación corrupta que no estuvo del lado de sus internacionales.

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