Cádiz CF

El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde encarnado en Rubén Sobrino

El delantero de Daimiel tuvo una primera vuelta del campeonato desastrosa aunque acabó siendo providencial en la vuelta

Sobrino, justo en el momento en el que hizo de Carranza un manicomio con su gol ante el Villareral

Alfonso Carbonell

Rubén Sobrino ha experimentado en su propia piel el extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, dos personalidades distintas que se han ofrecido sobre el campo de una manera totalmente diferente. Por un parte, el Sobrino más oscuro, Hyde, apareció en la primera vuelta y, encima, a la vera del entrenador que le fió tanto que lo acabó desesperando. No marcaba ni a puerta vacía y seguia siendo titular. para colmo, a Cervera Sobrino le pagó con la deslealtad, puesto que fue uno de los siete que la noche de Vallecas partieron la anexión al entrenador. El manchego disfrutaba de la titularidad mientras Carranza se desesperaba con él, lo mismo que él no con Carranza, sino con las circunstancias. Cervera no supo darle un merecido banquillazo que sí se lo dio el entrenador con el que más disfrutó esta campaña. Y lo hizo así, llegando desde la suplencia, sin esa responsabilidad adquirida que tanto le pesó que le acabó lastrando.

Así ocurrió lo que ocurrió. Y eso no fue otra cosa que esos goles claves que le sirvieron al Cádiz CF para salir de los puestos de descenso y quedarse definitivamente en Primera. Su gol en el descuento ante el Villarreal a pase de Lucas Pérez. Un tanto que le hizo llorar sobre el campo después de arañar en el segundo palo un centro envenenado y lleno de intención del gallego que si bien fue fabuloso tampoco era sencillo de conectar. Pero Sobrino co enganchó y con él agitó los corazones de una afición que desde ese momento comenzó a creerse que sí se podía, claro que se podía.

Después, y con Carranza también como testigo llegó otro gol con el que se acarició la permanencia de no ser por el empate que se sacó el Mallorca en el Sánchez Pizjuán. Ante el Elche persiguió un balón que solo persiguen los ciegos, pero allá que fue él para robarle la cartera a Edgar Badía para saltar hacia el cielo y quitarle un balón que dejó entrar solito en portería para sentenciar un encuentro que parecía darle alas definitvas al Cádiz CF.

Sobrino, ya convertido en el doctor Jekyll, tuvo que volver a aparecer en Carranza otra vez para igualar el encuentro ante el Real Madrid partiendo desde la frontal chutando con el corazón y con la colabración involuntaria de Militao. Tres goles junto al Cádiz CF de Sergio que le dieron al equipo unos puntos muy importantes para permanecer en Primera. Una temporada con un borrón y un aclarado que no pudo ser mejor.

Así la recordaba estos días el jugador en la web oficial del Cádiz CF. «Ha sido una temporada muy complicada desde el principio. Los segundos años en Primera División son más complicados» , comenzaba diciendo con gran razón después de una temporada en la que llegó en invierno bajo petición de Cervera, que no dudó en volver a exigirlo en el verano siguiente después de que el manchego consiguiese en Granada su único gol con la camiseta amarilla en el curso pasado y que sirvió para afianzar un año más la categoría.

El de Daimiel no olvida esos primeros y difíciles pasos de la 21/22- «Comenzamos con resultados muy negativos, mejoramos en un tramo de la temporada y luego, llegó la destitución de Cervera ya que no encontrábamos el estilo de juego de la temporada pasada y no sacábamos puntos», resume.

Es ahí donde comienza a darse el cambio. «Con la llegada de Sergio hemos realizado una segunda vuelta bastante buena y nos hemos merecido sacar más puntos. Al final, hasta la última jornada hemos estado con mucho sufrimiento y con un partido muy complicado, por eso la salvación es para celebrarla».

Fue en Mendizorroza donde la partió a nivel nacional defendiendo los colores del Alavés y también fue en ese estadio donde guarda el mejor recuerdo de la temporada. «El partido en Vitoria con la tensión que había ha sido el mejor momento» , dice el atacante.

Y recuerda que «fue un partido complicado. Cuando finalizó, algunos jugadores no sabíamos, otros sí, cómo estaban los otros partidos. Se ha sacado adelante y es para festejarlo», acierta a decir.

Sobre los manchones de la temporada recuerda que «por desgracia hemos tenido muchos. Quizás la etapa final con Cervera donde todo era muy negativo y no nos encontrábamos con nosotros mismos. Además, se empezó a crear la duda en los jugadores y cuerpo técnico. Era complicado de gestionar ese cambio pero lo hicimos bien desde el primer día con el nuevo técnico».

A los aficionados les pide que «nos sigan apoyándonos. Es un lujo poder jugar aquí. Los jugadores nuevos se han sorprendido de cómo es la afición del Cádiz. A la lucha no se negocia hay que sumarle la frase creer hasta el final. Esto es una cosa importantísima, si crees y tienes la fe suficiente las cosas se pueden conseguir», concluye.

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