Cádiz CF

Desmontando a Vizcaíno

El presidente del Cádiz no escatima en decir mentiras como estrategia para según qué causa

Vizcaíno y Contreras, en la sala de prensa de Carranza.

Alfonso Carbonell

Es de Primero de Vizcaíno. Cuando diga A seguramente es B. Es que es de cajón. Por eso, el cadista debe saber que a día de hoy Luis Alberto está más cerca del Cádiz CF que lejos. ¿La señal? Las propias palabras del máximo mandatario amarillo. ¿Y por qué? Porque hay hemeroteca para parar un tren de falsas mentiras.

Se bautizó como presidente explicándole al personal lo que era el cadismo. «Vamos a jugar el partido más importante de la historia del club» , osó decir poco antes de un duelo copero en el Ciudad de Lepe. En el fondo quería decir lo que todo el mundo ya sabía. Que sí, que en esos momentos tan duros de Segunda B -se cumplía el quinto año consecutivo en el pozo tras el último descenso con Muñoz como presidente- las arcas del club pedían auxilio y la forma más lógica de ingresar un dinero extra era a través de una eliminatoria copera ante un Primera, algo que se consiguió, por cierto. Aquella primera sandez se le perdonó. Cómo no hacerlo si acababa de aterrizar junto al dinero de Quique Pina a lomos de Locos por el Balón, la sociedad encargada de sacar al club de la ruina y devolverlo años después a la elite.

La grandilocuencia del presidente amarillo es de sobra conocida. No hace mucho se iba a 'Lo que el viento se llevó' para argumentar la nefasta salida para el equipo de Lucas Pérez. «La esclavitud se abolió hace ya mucho tiempo» , dijo para expresar su visto bueno a la marcha de un jugador que le había pedido salir justo después de conseguir la permanencia en Vitoria.

El docto en la materia de estudiar a Vizcaíno debe saber que tan pronto pronuncia unas palabras que suelen acabar en titulares hay que darle la vuelta tan pronto como se escuchen. Siguiendo con Luvas Pérez viene otro ejemplo. «No hay caso Lucas Pérez» , vulgo 'Habemus caso'. Resultado: hasta luego, Lucas.

Sigamos con esta lista de joyitas a pesar de que muchas se quedarán en el tintero. Esta que se aproxima dolió profundamente en el aficionado cadista el pasado verano y hasta el propio Vizcaíno tuvo que disculparse una vez pasado el mercado de fichajes. «Vendrá un delantero top». Ahí lo lleva.

No salgamos del mercado de fichajes. «Nos gastaremos hasta el último euro que nos permita LaLiga». Tracatrá. También tiró de las palancas, esas que dijo que habría para firmar cuando sea necesario. Aún no ha tirado de ella, pero se prepara para hacerlo si uno se atiene a las declaraciones sobre Luis Alberto.

Uno que lo tenía muy calado es el actual entrenador del Oviedo, Álvaro Cervera, del que Vizcaíno dijo que «estará en el Cádiz CF el tiempo que él quiera estar». Unas declaraciones que no eran más que el anticipo de su despido como no podía ser de otra manera según la traducción del diccionario 'vizcaínista'.

Ahora está maquinando y usando a la prensa con Luis Alberto, su gran empeño en este mercado de invierno. Ya ha llegado a un acuerdo con el jugador y sabe que tendrá que lidiar con la Lazio para traerlo. Obviamente no es una tarea sencilla pero de ahí a vender que «es un sueño imposible para el Cádiz CF» va un mundo.

Otra cosa de los mensajes falsos que manda a modo de 'globo sonda' Vizcaíno es que hace a sus más allegados que vayan por ahí repitiendo el mantra. Sólo hay que ver como este pasado viernes su vicepresidente Rafael Contreras declaraba exactamente lo mismo que él a los micrófonos de DAZN aunque con un ligero matiz puesto que el gaditano no es un profesional de la mentira impostada como su socio. «A día de hoy, Luis Alberto es imposible para el Cádiz CF». Ojito a ese «día de hoy» porque puede que mañana o pasado sí lo sea.

Esta estratagema de Vizcaíno a la hora de abordar un fichaje no es nueva, viene 'repe'. ¿Se acuerdan del descarte que hizo de Sobrino en un mercado de fichajes de verano? ¿De qué color juega hoy Sobrino? Pues eso. «Para mí Sobrino está descartado. Es jugador del Valencia y creo que jugará en el Valencia la temporada que viene» . No acabó el verano y ya estaba de nuevo el hoy jugador del Cádiz correteando por Carranza. Y así, con todo.

Por todo ello, hoy por hoy, tratar de entender a Vizcaíno es relativamente sencillo. Sobre todo, con esos grandes titulares que regala a la prensa, que por otra parte se frota las manos cada vez que el sevillano se pone delante de unos micrófonos. El plan, sobre todo en cuestiones sobre fichajes, no es otro que desviar la atención o mandar mensaje equívoco a otros clubes interesados en el jugador de turno o incluso al mismo club con el que ya negocia. Cuesta entender que si ya es de sobra conocido por los estudiosos en su materia, no lo sea para los que están en el mismo negocio que él. Lo que está claro es que no le vale mal porque sigue tirando de la misma técnica.

Son muchos años ya como para no conocer las formas y tácticas de Vizcaíno a la hora de acometer una causa, bien sea un fichaje, bien un tirito a la afición, bien a un futbolista o a lo que sea. La estrategia es evidente. Primero miente descaradamente y segundo se cura en salud gracias, precisamente, a la falsedad expuesta anteriormente. Que viene Luis Alberto, triunfazo del quince. Que no viene, ya lo advirtió. Más viejo que el hilo negro.

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