Cádiz CF

Descuento chino

Los alargues se hacen eternos para el Cádiz sin que los datos demuestren un patrón equitativo

Es imprescindible establecer un baremo que no deje la recuperación del tiempo a la percepción, demostradamente variable, de los colegiados

El Rayo 5 Cádiz 1 ha sido el partido de la Liga con menos descuento.

Partamos de la base de que los 10 minutos añadidos en la segunda parte del Cádiz-Getafe son pocos. Porque ni de lejos se recupera el tiempo que dejó de jugarse en ese periodo.

En la regla 7 del reglamento del fútbol , que aborda la duración del partido, se especifica cómo habrá de recuperarse el tiempo que se ha perdido por diferentes motivos tales como las atenciones médicas, los cambios, las revisiones de VAR o cualquier otra circunstancia en la que el crono avanza sin que el balón esté en juego. El problema reside en una palabra de esta norma: el colegiado 'podrá' recuperar dicho tiempo. Una posibilidad que se cumple en algunos casos y que en otros no. Lo que adultera la competición al producirse injustificables agravios.

Los datos dejan a las claras una a usencia total y absoluta de criterio a la hora de establecer el tiempo añadido, y ese hecho ocasiona que en partidos en los que se ha jugado menos tiempo del debido, el cuarto árbitro levante una tablilla con un número menor de minutos que en otros en los que se ha jugado más. Un sinsentido.

Parece increíble que en el fútbol de la tecnología, ese que da validez o anula goles por centímetros imperceptibles en una imagen, los descuentos sigan a ojo de buen cubero.

Y si el colectivo arbitral trata de justificar esta cuestión, chico favor se hará porque las matemáticas no mienten . El partido del pasado viernes tuvo un tiempo de juego efectivo total de 45 minutos, contando con un tiempo de alargue de 13 minutos, tres en la primera mitad y diez en la segunda. Como la regla 7 dice que ese tiempo es el mínimo a agregar y que el colegiado es libre de alargarlo si lo estima oportuno, la decena se convirtió en cuarto de hora con el penalti de Espino. En total, 108 minutos de partido.

Bien. Pasemos al análisis y aprovechemos la circunstancia de que el Cádiz estuvo presente en el partido en el que menos se ha jugado en toda la Liga 2022/2023: frente al Rayo en Vallecas . En ese encuentro, el balón estuvo en juego en total 43 minutos de los 90. En concreto, en la primera mitad, descuento incluido, se jugaron solo 21 minutos. Y en ese lapso, hubo tiempo para que Muñiz Ruiz acudiera al VAR, pitase penalti de Iza y expulsase al portuense por una acción que se produjo en minuto 40 y que se culminó con el gol de Isi desde los 11 metros en el minuto 43:25. Tiempo de añadido: dos minutos. En la segunda mitad, 22 minutos de juego y tres de añadido. Cinco de descuento entre las dos partes del partido con menos tiempo efectivo. El resultado, 5-1, no puede ser atenuante porque, a la hora de dar el pírrico y manifiestamente insuficiente alargue del primer tiempo, el partido no estaba aún decidido. Tampoco se debe justificar el de la segunda parte en una competición en la que el golaverage general puede definir la gloria o el infierno.

Aprovechemos mismo rival y colegiado para comparar . En pleno Carnaval, los de Iraola visitan Cádiz y en la primera parte, en la que se disputan 22 minutos, Muñiz Ruiz había añadido dos de alargue. En la segunda parte, con unos números parecidos al choque de la primera vuelta, el colegiado gallego da nueve minutos que se van hasta los 13 tras el pelotazo que Pathé Ciss propina involuntariamente a una aficionada de Fondo Norte que requiere asistencia médica.

Mateu Lahoz arbitró en la visita del Betis al feudo cadista. En la primera mitad se van al limbo 18 minutos, jugándose 27, pero el colegiado valenciano señala el camino de vestuarios en el 45. Un minuto menos se jugó frente al Atlético de Madrid, 26, en una primera mitad en la que Sánchez Martínez añadió cuatro. Y jugándose 28, González Fuertes dio uno de alargue en el Camp Nou, tiempo que se perdió únicamente en la revisión de gol anulado a Roger Martí. Y así podemos seguir enumerando sin fin.

No deja de tener su gracia que los minutos de descuento fuesen los mismos, cinco, en el partido en el que menos juego hubo , 43 en Vallecas, que en casa frente al Almería, que tuvo 60 de tiempo efectivo, el que más de la presente campaña para los cadistas. Así se desprende de unos informes que manejan los propios clubes de la Liga y que el analista Eduardo Pérez ha facilitado a este periódico.

En un duelo directo por la permanencia, el Getafe-Girona de la jornada 24, con agónica victoria azulona, Martínez Munuera dio cuatro minutos de descuento en un segundo tiempo en el que se jugaron 24. Sánchez Martínez dio nueve en Cádiz ante el Atlético para completar 28 de disputa efectiva en un partido en el que, pese a barruntarse lo peor en el tramo final tras la igualada colchonera, Rubén Sobrino dio la victoria en la última jugada.

En definitiva, el descuento es lo que el 'chorrito de aceite' en cocina. Lo que para ti son dos cucharadas, mientras vuelca Arguiñaño la botella de Koipesol te da tiempo a cantarte un pasodoble.

Sin artimañas

Pese a las "prórrogas" que los de Sergio han vivido en Montilivi (influenciado por la revisión por falta a Cala en su gol en propia), Anoeta (lesión de Fali) o como local ante Rayo (lesión de Santi Comesaña) o Getafe (intervención del VAR para señalar penalti de Escalante), encuentros en los que el Cádiz defendía marcadores positivos, el club gaditano no figura entre los principales equipos que más tiempo desperdician de la liga.

En la actualización media de febrero había conjuntos como el Valencia, el Rayo o el Espanyol que disputaban menos minutos en sus encuentros. Tampoco es especialmente violento ni corta en exceso el ritmo con interrupciones, ya que no está entre los cinco equipos más amonestados ni tampoco entre los que más faltas comete.

Las matemáticas, la solución

Con todo, hay que especificar que el objetivo de los descuentos (término que no figura en las reglas del juego) no es recuperar todo el tiempo que ha dejado de jugarse. Si lo fuera, bastaría con disputar el partido a reloj parado como pasa en el fútbol sala. Y, por supuesto, los partidos serían eternos.

Pero eso no quita que sea más que necesario que exista un criterio reglado para que la forma de añadir minutos al tiempo perdido sea equitativa y no haya equipos que jueguen más tiempo que otros, con las implicaciones que ello conlleva, por fallos de percepción de los colegiados.

Como no se va a recuperar todo lo que se pierda, la solución más sencilla es que se añada una parte proporcional de ese tiempo. Pongamos que se establece que han de agregarse 20 segundos por cada 60 que se pierdan. Pues sería muy sencillo. Si al llegar al 45 se han jugado solo 24 minutos, automáticamente se añaden 7 (un tercio de los 21 que han dejado de jugarse). De esa forma, en cada estadio se recuperaría parte de lo perdido de modo equitativo y con un método justo. El decidir descuentos al voleo debe acabar ya.

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