Cádiz CF

Cortijo: «Maradona tuvo un detalle conmigo que no lo olvidaré»

El que fuera compañero del 'Diez' recuerda vivencias del año que compartió vestuario con otro «genio como Mágico»

Maradona y Cortijo jugaron juntos en el Sevilla de Bilardo. L. V.

Alfonso Carbonell

Ha sido el único jugador profesional que ha compartido vestuario con dos magos del balón. Con uno lo hizo en Cádiz, con el otro en Sevilla. Alfonso Cortijo vistió los colores de dos clubes vecinos en los que tuvo el honor de conocer a dos estrellas, «muy parecidas tanto dentro como fuera del campo» , tal y como manifiestael que fuera defensa zurdo del Cádiz CF y del Sevilla FC en conversación con CANAL AMARILLO desde su casa, donde se encuentra después de acabar la liga en China, donde ha estado traajando junto a Jose González recientemente.

Alfonso Cortijo, como no puede ser de otro modo, siente la muerte de Maradona «como persona, como profesional y como compañero» que fue de él en la temporada 92/93, donde llegó al Pizjuán rescatado para el fútbol tras cumplir la sanción que la FIFA le puso siendo jugador del Nápoles.

Para Cortijo, ante todo Maradona «era un ídolo» y defiende la persona, además de al futbolista. «Da coraje ver a veces lo que se dice de él porque el año que estuvo con nosotros fue casi uno más, es cierto, que había ciertos entrenamientos matutinos a los que faltaba y que le gustaba más entrenar de tarde, pero eso también lo habíamos vivido en Cádiz con otro mago», dice en clara alusión a Jorge Mágico González.

Con el paso de los años, y más aún cuando colgó las botas, la imagen del Diez se fue deteriorando hasta límites subterráneos. Pero para el gaditano Cortijo, natural de La Barca de la Florida, Maradona dio su mejor versión en su año en Sevilla. «Con nosotros estuvo fenomenal en todos los aspectos. Qué decir el futbolísitico, donde hicimos un gran año y nos quedamos a un puesto de clasificarnos para la UEFA de entonces», dice.

Y es que Maradona, tan lejano y altanero en muchas ocasiones cada vez que era enfocado por una cámara, que en su caso nunca era en singular, dejó en Cortijo varios detalles de calidad humana. «Conmigo tuvo un detalle que se me quedó grabado para siempre . Él ya era una estrella mundial, sobra decirlo, pero desde el Jerez Industrial (un club con el que Cortijo siempre ha estado muy ligado) me pidieron que intentara llevar a Maradona a una entrega de premios para recaudar fondos para el club, que estaba muy mal económicamente. Recuerdo que era un miércoles o un jueves y yo se le dije a Maradona sin esperar mucho pero me llevé una gran satisfacción. No solo vino a Jerez al club, sino que se entregó en el acto y se lo pasó, nos lo pasamos, en grande. Hubo flamenco, estuvo de diez con toda la gente, conoció al presidente del club y se quedó, nos quedamos todos, muy contentos», relata el histórico jugador cadista.

Maradona no solo era agradecido con unos pocos. Aunque como es lógico hacia más migas con Bilardo, entrenador, y con Simeone, compañero, se dejó acompañar muchos días por una camarilla formada por Martagón, Prieto, Monchi, Conte o Rafa Paz. Sus anécdotas más públicas no se quedan en Jerez. «Recuerdo que en el mes de diciembre invitó a todo el equipo a su casa y nos regaló un cuadro a todos en el que salía él con su mujer y sus dos hijas».

Los entrenamientos con Bilardo también es algo que se le ha quedado en la retina a Cortijo. «Eran muy diferentes a los de ahora. Me reía mucho con Maradona porque había un ejercicio que consistía en correr uno detras del otro hasta dar caza al de delante. Diego se ponía conmigo de pareja y no paraba de pedirme que frenase», cuenta entre risas. «En eso se parecía a otro maestro que tuvimos en Cádiz», del que por supuesto hablaron en Sevilla. «No hablaba mucho de Jorge, pero no olvido que siempre contaba una anécdota que vivió con Mágico en una gira que hicieron juntos en el Barcelona. Por supuesto, a Jorge lo tuvieron que despertar antes de ir al partido, le echaron agua para que reaccionase, a saber la noche que habría pasado... Pero incluso así, nos decía Diego que incluso 'tocado' fue mejor que él en el partido. Hablaba maravillas de Mágico sabiendo que yo también habia sido su compañero en el Cádiz CF».

No olvida de esos entrenamientos un dato de genio. «Cuando terminaban los entrenamientos, sobre todos los de los sábados, se quedaba tirando faltas y de cada diez metía nueve. La que fallaba iba al larguero», cuenta.

Fue su primer cambio en España

Tirando de recuerdos, precisamente ayer (por este pasado martes) Alfonso Cortijo se entretuvo en bichear en internet el debut de Maradona en la liga española. «Fíjate qué coincidencia, que ayer me puse a investigar ese partido, que fue en Bilbao, en San Mamés, y mi sorpresa fue algo que había olvidado. Yo fui el que lo sustituí en el segundo tiempo en un cambio defensivo de Bilardo porque íbamos ganando», dice con orgullo el exfutbolista gaditano que disfrutó un año junto al pelusa ya que al siguiente se marchó Bilardo y firmó Luis Aragonés.

Cortijo no puede poner las manos en el fuego por Maradona y sus devaneos en Sevilla, pero desde luego sí que las pone en cuanto a que fue al Sevilla FC para reconducir su carrera. «Yo de sus noches en Sevilla apenas sé porque yo me venía para mi casa, pero sí aseguro que él vino con la idea de quitarse de la mente la mala vida de Nápoles y con la cabeza puesta en el Mundial 94 de Estados Unidos

Monchi, otro gaditano que lo disfrutó

Otro gaditano que coincidió con Maradona aquel año es el actual director deportivo Monchi, isleño. Para el cañaílla, también «es una pena que se recuerda a Diego de la forma en la que se hace en los últimos años. Era un tío espléndido». Y cuenta una anécdota en declaraciones al programa Sálvame de Jorge Javier Vázquez. «Yo nunca he dormido mucho y a veces, en esos viajes entre semana que hicimos aquel año para amortizar su fichaje a Brasil, Turquía, Argentina y más países recuerdo que él aprovechaba para pasear conmigo antes de que amaneciera. Me miró un reloj falsificado Roelx que yo me compré en Ibiza y me preguntó por él contestándole yo la verdad. Pues bien, a la semana siguiente me llevó a su casa para regalarme un Rolex suyo de primera calidad. Digo esto porque se le podía ver siempre de mala cara, desquiciado con la gente y con la prensa, pero con nosotros aquel año fue uno más. Su privacidad era nula, pero cuando estaba con el equipo a solas era una gran persona», asegura Monchi en concordancia con Cortijo.

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