Javi Hernández, la solución al balón parado desde la sobriedad en la defensa

Hacer olvidar al Pacha Espino no tiene que ser una tarea fácil, pero esa empresa ha recaído en Javi Hernández, que en su debut liguero con el Cádiz CF parece ir por el buen camino . Eso sí, le va a costar. De entrada, no pudo acabar el partido y en la segunda parte fue sustituido por Pires. «Me ha pasado un poco factura. Se me han subido un poco los cuádriceps, tenía un poco de calambres. Nada grave. Seguiremos preparándonos bien para volver de la mejor manera», decía tras el encuentro a Plaiz.

«Ha sido increíble. Empezar de la mejor manera, ganando aquí en casa con el ambientazo que ha habido. Gracias a Dios nos hemos llevado los primeros tres puntos de la temporada , que es importantísimo empezar bien», decía lleno de orgullo después ser clave en la primera victoria.

Javi ha llegado para ser la solución a los balones parados, una suerte que el Cádiz CF 22/23 no dominaba . Es más, el curso pasado no se consiguió ningún gol a balón parado y este año el primero llegó a los siete minutos gracias al guante del ex del Girona.

Cadista de cuna gracias a su padre, que vistió los colores del Cádiz CF B, Javi Hernández se mostraba muy feliz tras jugar en Carranza. «La verdad es que la gente me ha tratado muy bien. Voy a dar todo por este escudo. Eso lo tienen claro. Yo también. Yo les doy, ellos me dan. Y así será. Ojalá que disfrutemos mucho este año».

No ha empezado nada mal el sustituto del otrora ídolo del cadismo Espino. Y eso que es radicalmente distinto. Serio y sobrio en defensa y con un toque de balón exquisito. Pura clase . De sus botas nació el primer gol y único del Cádiz CF para sumar los tres puntos después de botar una falta con marchamo de gol. Y si a pelota quieta ya ha demostrado cómo se las gasta, no menos bien se le da en juego, donde ejecuta grandes centros tanto en carrera al primer toque como en conducción. Y en cuanto a su labor defensiva, el jerezano irrumpe en menos errores tácticos que su antecesor en la demarcación, un Pacha que igual se le podía ver como delantero centro que como mediocampista.