Cádiz CF

¿Se le cae su guardia pretoriana a Cervera?

Hombres claves hace no mucho como Negredo o Cala ya no son importantes y con Fali el entrenador ha tenido un desencuentro

negredo ha quedado reducido a jugador de copa y de segundas partes.

Alfonso Carbonell

Sí, claro que se cae. La guardia pretoriana de Cervera ha desaparecido de la vanguardia en la batalla y ahora anda entre la retaguardia y el pelotón. Y ojo que la culpa aquí no es entera de Cervera. Los Negredo, Cala, Álex y compañía no están a un buen nivel y el equipo lo está pagando. Para colmo, Fali, el que parecía ser el 'kaiser' este año ha sido rebajado a la suplencia por parte del entrenador, que no lo ve como al principio de temporada. Además, y según aporta El Desmarque, el ex del Nàstic ha mantenido un desencuentro con el entrenador que hace pensar que hay algo más que un motivo deportivo para esta salida del equipo del valenciano, que en Elche no jugó por molestias, al igual que Salvi.

De buenas a primeras la banda de José Mari y Garrido, que siguen sin jugar , el uno por su lesión en el Trofeo y el otro por unos problemas de rodilla que parecen abrirle las puertas de la jubilación, ya no es la que era. Ahora quienes tiran del carro son los Espino, Lozano, Ledesma, Sobrino o Jonsson, jugadores que llegaron sin el adn que se implantó allá por los inicios de Segunda.

No están y se notan. Los componentes de la guardia pretoriana lo han intentado pero entre que ya suman un año más y Cervera tampoco les ha dado bola tienen muy complicado entrar este año en la dinámica de la continuidad que todo líder necesita para tener voz dentro y fuera del campo. Porque aunque se tenga voz, si no se tiene presencia en el terreno de juego el voto ya no vale igual dentro del vestuario. Eso es una ley no escrita y es lo que está pasando en estos momentos de incertidumbre dentro de la caseta amarilla.

El que más está intentado resistir es el lebrijano Juan Cala , pero su lesión de rodilla por la que fue operado a finales de la campaña pasada, parece estar convirtiéndose en un calvario para el sufrido profesional. El central igual juega un día de titular como desaparece el siguiente y eso pasa factura a una defensa donde el que más juega es el que menos convence. Haroyan, un muro, pero para todo.

Con Marcos Mauro en el ostracismo de la Liga, la defensa queda en manos de dos laterales al que se le hace un mundo tirar del carro. Iza, que alterna días negros con grises, y Espino, que no es superman aunque a veces se ponga la capa . En Elche llegó a rematar de cabeza durante una jugada como si fuera el delantero centro en lo que fue el claro ejemplo de lo que es el charrúa, todo corazón. Lo malo es que sus incorporaciones son aprovechadas por los rivales, que ven su banda como una autopista libre de peaje.

Las lagunas más grandes no están en la defensa. Si se mira el centro del campo aquello es un océano. Sin José Mari y Garrido, Cervera se agarra a Jonsson. Y eso que al principio de Liga no lo veía en forma hasta que no ha tenido más remedio que verlo. Luego está el parche de Fali, que ha pagado el precio de perder su hegemonía en el centro de la defensa para acabar calentando el banquillo. Para colmo, parece que algo se ha roto en su relación con Cervera a juicio del desencuenntro antes comentado. También está Alarcón, un prometedor pivote que se ha quedado a medias en su crecimiento en el equipo. Ahora lleva dos semanas lesionados. Así las cosas, Álex, ese jugador que Cervera reconvirtió con acierto en mediapunta, es quien ahora debe ser el líder de un equipo que no juega a lo que intenta un jugador que cumple su último año en el Cádiz CF.

Y arriba, Negredo ya no sonríe como antes . Y eso sí que se nota una barbaridad. Es posible que no llegase en verano lo fino que se fue al final de la temporada pasada, donde marcó ocho goles y aportó quilates de experiencia. Al madrileño se le ve a la sombra de un Sobrino que para nada compensa todos los daños colaterales que está creando su presencia en el once.

La guardia pretoriana del entrenador se ha caído justo en el momento en el que más podría tirar de ella . Pero ni están aptos para entrar en el once ni ahora su voz resuena en el vestuario como antes.

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